Las fronteras terrestres no se abrirán en lo que queda de 2020. Así es lo que se desprende desde Rabat, según recoge en su edición de hoy el periódico de tirada nacional El Español. El diario hace un análisis, a más de seis meses del cierre de la frontera, de las consecuencias de esta decisión. Ya la Delegación del Gobierno en Ceuta aseguraba hace unos días que la frontera de El Tarajal “permanecerá cerrada hasta que las condiciones sanitarias posibiliten su reapertura”.

El periódico recoge las cinco condiciones de Rabat para reabrir las fronteras. Que haya un único paso fronterizo es uno de los condicionantes, el cual sea compartido entre trabajadores transfronterizos y turistas. La necesidad de un nuevo modelo de aduana enfocado a ser de aduana portuaria, contrario a la actual aduana comercial, es otro de los requisitos, según recoge esta información, que explica: “Exportando e importando el producto por los puertos de Tánger Med y Beni Ensar. Además en 2021 se pondrá en marcha el puerto de Nador Med, convirtiendo a Beni Ensar en un pequeño puerto pesquero y en una gran terminal para recibir transatlánticos de turistas extranjeros”.

El fin del porteo y un nuevo estatus para trabajadores son las otras dos condiciones junto a un control más exhaustivo del flujo migratorio. Marruecos se compromete con España al control total de la migración por los accesos de las vallas que rodean las ciudades de Ceuta y Melilla. Sin embargo, no garantiza que puedan acceder a los peñones en embarcaciones ni a las propias localidades españolas a nado”, recoge el artículo. Mientras estos acuerdos se confirman y los condicionantes están sobre la mesa, la situación en Ceuta es cada vez más insostenible, afectando muy negativamente a la economía de la ciudad.