Desde horas antes del momento anunciado, en la frontera de Ceuta con Marruecos se notaba la expectación y la incertidumbre. Tras más de dos años con el paso fronterizo del Tarajal cerrado, el Ministerio del Interior había anunciado hace apenas unos días que en la madrugada del 17 de mayo, del lunes al martes, se reabriría la frontera.

Largas colas de personas y de vehículos, algunos con la intención de pasar la frontera; otros, simplemente curioseando. El ambiente, de fiesta, de logro conseguido: ir recuperando la “normalidad” de una ciudad como Ceuta, tan marcada por su frontera, la que une España, Europa, con Marruecos.

Vídeo de las primeras motos que pasaron 

La apertura, bien valorada por la mayoría, suponía la evidencia de las ahora buenas relaciones entre España y Marruecos, como bien han reconocido por pasiva y por activa las autoridades, empezando por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Para la delegada en Ceuta, Salvadora Mateos, no todo se estaba sin embargo haciendo como a ella le hubiera gustado, pues para comenzar hubiera preferido que las transfronterizas estuvieran en esta primera fase de entradas y salidas que comenzaba esta madrugada. No ha podido ser así y tendrán que esperar hasta la segunda fase, con la llegada de junio.

La delegada hizo presencia en la frontera para asegurarse de primera mano que todo estaban realizándose según lo previsto. Un exhaustivo control de entradas y salidas y refuerzos, muchos refuerzos. Policías nacionales de todas las unidades, muchas de ellas llegadas de la península; Guardia Civil, y un importante refuerzo de vigilantes de seguridad de la empresa Eulen. Todos velando porque la primera noche de reapertura fuera un éxito.

Un total de 827 personas y de 171 vehículos salieron de España a Marruecos. Un total de 318 personas y 134 vehículos entraron en Ceuta desde Marruecos. De ello informaba a primera hora de esta mañana de martes la Delegación del Gobierno. Martes 17 de mayo, no es una fecha cualquiera. Hace justo un año las relaciones con el país vecino no eran tan buenas: comenzó una entrada masiva ilegal que sumió a Ceuta en un caos con la entrada de unas 12.000 personas.