El Consejo de Ministros aprobaba este martes, día 29 de marzo, otra nueva reforma educativa. En este caso un Real Decreto de la ESO que llegaba lleno de polémica y que es de aplicación en todo el país.

Un acuerdo que para su firma ha necesitado de que el PSOE rompa sus propios acuerdos, como el que firmó en 2018 para reforzar la asignatura de Ética. Y es que uno de los asuntos más criticados de esta reforma es que se elimina la asignatura de Filosofía. No se estudiará esta asignatura en toda la enseñanza básica. Aunque la ministra de Educación ha asegurado que los contenidos de Filosofía "serán obligatorios en ESO en la asignatura de Valores Éticos y Cívicos. Hasta ahora era una optativa".

A cambio se incorporan otras asignaturas como Trabajo Mononográfico, Servicios a la Comunidad, Formación y Orientación Personal y Profesional, Digitalización o Economía y Emprendimiento. Además se inculcarán valores como “memoria democrática”, “ecofeminismo”, “ética de los cuidados” y “derechos LGTBIQ+”.

Además otro de los focos más polémicos ha sido el cambio a la hora de enseñar la asignatura de Historia. Desaparecen algunos hechos como la Conquista de América o la Revolución francesa y se pasa de estudiar cronológicamente a estudiar por bloques temáticos: “La desigualdad social y la disputa por el poder; la marginación, segregación, control y sumisión en la historia de la Humanidad; familia, linaje y casta; el papel de la religión en la organización social...” De este modo se pretende ser menos memorístico y dar más margen de interpretación al profesorado. También, de paso, buena parte de nuestra literatura desaparece.

A los menos conocimientos que tendrán las nuevas generaciones se le suma que para pasar de curso no hará falta aprobar. No habrá límites de suspenso para graduarse en la ESO. Por lo tanto tampoco habrá exámenes de recuperación. Se acabó estudiar en verano. Y también desaparecen las calificaciones numéricas.

Protestas sindicales

Las protestas al respecto desde que se ha hecho público este borrador, que deberá ser consensuado con las autonomías, no han cesado. CSIF ha criticado que este nuevo currículo para la ESO “no mejorará el modelo educativo” y que, además, arranca sin ninguna negociación y al margen del criterio de los docentes.

“Desde CSIF estamos a la espera de conocer todos los detalles del nuevo currículo pero en cualquier caso rechazamos que minimice la importancia de la memorización al centrarse en las competencias, dado que esto supone un regreso a algunos principios de la LOGSE de los 90 que no supusieron ningún avance del sistema educativo y que la LOE ya modificó en 2006”, ha recordado el sindicato.

CSIF también se muestra en contra de la promoción automática, “de no reconocer el esfuerzo como un valor pedagógico y minusvalorar la importancia de los contenidos, que son necesarios para adquirir competencias”. “Esto menoscaba el valor de la titulación de los centros públicos, vulnerando la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación superior y ampliando los nichos de negocio de la educación privada”.

A partir de ahora las comunidades autónomas tendrán que concretarlo en sus ámbitos de gestión. Es el momento de alcanzar un Pacto de Estado, “más necesario que nunca, para evitar las diferencias actuales de niveles y los continuos cambios legislativos. Estatuto Docente para dignificar al profesorado”.

Por otra parte, el sindicato ha remitido una carta a la ministra de Educación, Pilar Alegría, en la que le reclama la convocatoria urgente de la Mesa Sectorial con los sindicatos para negociar de una vez el futuro Estatuto Docente. “Pedimos al Ministerio que negocie un Estatuto Docente que incluya mejoras en las condiciones laborales del profesorado, como la reducción de ratios, el refuerzo de las plantillas y una mayor inversión en Educación”.