
Del estado de malestar al de confusión
La semana nos ha dejado una gran deriva nacional a nivel político, digna de la España de pandereta: Sánchez ordenando que se borre "piquete" de los informes policiales para criminalizar a los transportistas en huelga, a los mismos que etiqueta con un término tan manido como irreal y cuyo sentido descalificador ya nadie se cree a estas alturas de la manipulación más torticera: La ultraderecha. Hasta ahora, no sabíamos que el partido que lleva en sus siglas el "distintivo" de obrero ha dejado en la simple nomenclatura vacía de contenido ese término para descalificar al trabajador oprimido por la carestía de la vida y el combustible, en un elemento despreciable por el simple hecho de exigir sus derechos y alzar la protesta en la calle, un ámbito muy recurrente para la izquierda en otras épocas.
Un gobierno con 23 ministerios y más de 1.500 asesores, se permite el lujo de sentirse ofendido por el clamor que proyecta la calle en forma de protestas por la situación económica de precios elevados con unos sindicatos cómplices y mudos, comprados por la subvención de 17 millones de euros, doblada en relación al anterior estipendio gubernamental a cambio de complicidad. Y mientras, Irene Montero con 22.000 millones para sus políticas de igualdad mientras los ganaderos se ven obligados a tirar la leche porque no hay quien se la recoja por la huelga de transportistas y llevados del inasumible precio del pienso y la electricidad que los lleva a pérdidas.
Los transportistas, los ganaderes, los agricultores, la España trabajadora del campo en suma, clama soluciones a unos precios disparados que nos lleva a la ruina, a una situación típica de Venezuela y Bolivia, cada vez más empobrecidos, con las grandes superficies desabastecidas de productos y los ganaderos en precario al igual que los transportistas autónomos, esos a los que el gobierno "socialisto" llama de "ultraderecha" para descalificar su grito reivindicativo y llevar su ideología a la perversión más increíble.
Las encuestas, verdadero caleidoscopio actual, sitúan a Feijóo recuperando 480.000 votantes del PP quedando cerca del "sorpasso" a Sánchez porque continuar votando al PSOE en las actuales circunstancias se convierte ya en un ejercicio de masoquismo puro y duro. Si a esta situación unimos que Vox le roba 645.000 votantes al PP, 203.000 al PSOE y 199.000 a Ciudadanos, (según datos de OK Diario de la encuesta electoral de Data10) habrá que ir preguntándose las razones de esta demoscópica situación y si no será el resultado del hastío nacional a las políticas de empobrecimiento a las que nos tienen sometidos PSOE-Podemos, con el combustible por las nubes al igual que el gas y la cesta de la compra. Y encima apuntan que vayamos en bicicleta, que bajemos algunos grados la calefacción para ahorrar en gas, que no se utilice el coche los domingos aunque lo mejor sería, como dijo un trabajador con sorna, que nos quitaran las carreteras para evitar que circulemos por ellas. Esta es la política de ciencia-ficción que nos aplican.
Claro que ese mismo desvarío nacional lo tenemos a nivel local donde Juan Vivas parece más PSOE que PP, al celebrar la bajada de pantalones de Sánchez con Marruecos al adoptar una decisión individual sin consultar con la mitad de su gobierno de Podemos, ni con la oposición ni tan siquiera con los partidos que le apoyan en el Gobierno, para pegar ese volantazo en secreto de apoyar la posición del sátrapa marroquí en sus ambiciones anexionistas del Sahara occidental, variando una posición española de 46 años que traiciona no solo a Argelia (a ver si nos corta de una vez el suministro de gas) que llamó a consultas a su embajador en Madrid, y contraviene el pronunciamiento de Naciones Unidas. En Ceuta, Vivas a la cabeza de celebrar la medida mientras su jefe de filas Feijóo critica a Sánchez que ha roto el consenso en política exterior y se siente traicionado, con lo que hay que preguntarse qué PP es éste de aquí, el de Ceuta: siguiéndole el juego a los partidos promarroquíes y, por supuesto al PSOE, ya que únicamente Vox se ha mostrado en contra. ¿Este es el nuevo PP, diciendo una cosa a nivel nacional y otra aquí a nivel local? ¿Qué broma es ésta para los intereses de Ceuta?
En esta política de desvaríos contraria a los intereses de los ciudadanos, "CeutaYa!" que se había opuesto como todos los demás integrantes de la Asamblea de Ceuta, a la propuesta de Vox en municipalización de la empresa de autobuses, ahora, tras el tirón de orejas de Comisiones Obreras a Moha, éste se reúne con los trabajadores para "blanquear" su deriva política y sale diciendo que no se dejen instrumentalizar por Vox, sin justificar su voto en contra de ellos en el Pleno y sacándose de la manga, para disimular su política vacía y desnortada, que hay que nombrar una comisión para evaluar esa municipalización, tras previa reclamación pública de Comisiones Obreras, la misma decisión que lideró Vox en uno de los últimos Plenos. Ahora otro viraje, demostrativo de que ni saben, qué hacer ni cómo hacerlo: ni coherencia ni sensatez ante las necesidades de unos trabajadores en precario.
Se aprecia que estamos con políticos que juegan con la vida y las necesidades de la gente, que nos toman el pelo, que hoy dicen "no" y mañana "sí" sobre las mismas cuestiones, sin criterio alguno. Es la consecuencia de su falta de preparación, de gentes que nunca le dieron un palo al agua, sin vida laboral y atrincherados en la política que no asumen como un servicio público sino como un juego de egos o una forma de enriquecerse. Y así nos va: desaprensivos y depravados llevados por sus intereses personales, ambición y no por la defensa de los colectivos. A nivel político tanto nacional como local estamos en la peor etapa de la historia democrática española. La decrépita situación actual puede llevarnos a un horizonte de imprevisibles consecuencias. La incapacidad de quienes han de llevarnos a buen puerto es una deriva constante y sonante.
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