
Una triste noticia
No entiendo a santo de qué viene el cambio radical de la postura española respecto del Sahara. Ni desde luego entiendo el momento.
Cierto es que la posición española respecto de la antaño provincia española ha sido siempre bastante demencial. Podemos empezar cuando a los residentes nativos les dimos un DNI, que no era igual que el DNI en vigor en aquel momento. O por la situación que se creó en la que se llamó “Guerra de Ifni” -años 1957-1958- (otros la titularon “La guerra Olvidada”). O por la marcha verde, consecuencia de una descolonización demasiado rápida y descoordinada. O por el abandono de nuestras responsabilidades respecto de la “colonia”. Y ahora, de la noche a la mañana, sin argumento ninguno, resulta que España, la España en manos de estos incompetentes demenciales, cambia de posición y le da la razón a Marruecos en su política expansionista.
Marruecos no es el culpable. Es nuestra –por España- nula capacidad, o nulo interés, de oponernos a sus alocadas reivindicaciones. Vuelve a venir al hilo la expresión de Churchill de elegir entre el deshonor y la guerra.
Porque hay que decir que las veces que Marruecos ha querido mandarnos un dardo, en su interpretación de lo que es una guerra de baja intensidad, siempre se ha visto coronado por el éxito. Los dardos, hasta ahora, han sido la de mandarnos oleadas de inmigrantes, normalmente subsaharianos, por cualquier motivo contrario a sus intereses: si Europa no compraba tomates saharauis, si el acuerdo de pesca no era el correcto, o si España apoyaba al Polisario. Y siempre que han hecho eso hemos obtenido declaraciones de nuestro Ministro del Interior de turno en loa apabullante de la excelente colaboración marroquí en el control de los flujos migratorios... y se saldaba además con una nueva inyección de dinero español para que se apacigüe el vecino del sur.
Decididamente los interlocutores marroquíes debían frotarse las manos cada vez que tocaba negociar con el idiota del vecino del norte. Recuerden: deshonor-guerra.
El cambio ha sido ¿a cambio de qué? ¿Ha habido, que yo no me haya enterado, una declaración inequívoca por parte del Majzén que reafirme la españolidad de Ceuta y Melilla? Digo inequívoca y con luz y taquígrafos, a ver si en Bruselas son capaces de leerlo, aunque luego les importe un pimiento.
Porque inmediatamente después del cambio de postura, Argelia ha llamado a consultas a su embajador en España. No hay problema, dice nuestro Ministro de Exteriores, porque, aunque tengan la llave del gas en estos momentos en los que es tan necesario tener asegurado el suministro, Argelia siempre ha sido un socio fiable.
Sí. Eso es verdad. Los que no somos socios fiables somos los españoles: no nos levantamos ante la Bandera de los Estados Unidos; retiramos las tropas de Iraq de la noche a la mañana; y ahora cambiamos de postura y entregamos el Sahara a Marruecos.
También es verdad que cuando se largue Sánchez del Gobierno –que no hay mal que cien años dure-, a España no la va a reconocer ni la madre que la parió.
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