Una declaración del departamento de Transporte marroquí, recogido ayer en medios de ese país, ha aclarado que la apertura de las fronteras sólo se refieren a las aéreas desde el lunes 7 de febrero, y explica que las marítimas de Tánger Med y Nador que comunican principalmente con puertos españoles, se mantendrán cerradas por la alerta sanitaria, han excusado.

Mientras, la situación con España mantiene visos de frialdad, el Gobierno Sánchez, a través de la cartera de Exteriores encabezado por el Ministro Alvares, gestiona a favor por petición de Marruecos el envio de gas empleando el gaseoducto argelino que conecta el norte del país marroquí con la península. Sería una acción inversa de conducción de gas por la que, hasta el cierre argelino del gaseoducto que atravesaba por Marruecos, llegaba esta energía argelina a España.

Es un intento de destensión por el que apuesta el Gobierno de España, cuyos efectos, al margen de mantener las fronteras cerradas y haber padecido una invasión marroquí en territorio español (Ceuta), está suponiendo la llegada masiva de inmigrantes a Canarias sin aparente frento desde las costas marroquíes. Si Ceuta sufre los azotes, desde mayo, de la presencia de marroquíes (mayores y menores) en su territorio, las islas canarias asume a decenas de miles de menores no acompañados y adultos por la llegada constante de inmigración irregular.