El reciente operativo de la Policía Nacional contra el tráfico ilegal de seres humanos a través del estrecho de Gibraltar ha terminado con la detención de cinco individuos después de muchos meses de investigación y detallada preparación. Otro éxito más para añadir a la larga lista de los agentes en Ceuta.

Al saber de este operativo no he podido evitar recordar aquellas palabras que pronunció el ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, el 19 de mayo del año pasado, cuando miles de marroquíes pasaron a Ceuta violentamente por la frontera del Tarajal: «Ha habido un policía español por cada cien marroquíes».

Desconozco la intención del señor Burita respecto a la policía española, pero le podría documentar que también había un policía por cada 500 marroquíes en el Biutz en numerosas ocasiones intentando hacer lo imposible y, que yo sepa, nunca dijo nada nadie del reino vecino.

Durante años he sido testigo directo, tanto en Ceuta como en Melilla, del difícil papel que tienen encomendado las Fuerzas de Seguridad del Estado en ambas ciudades es-pa-ño-las. Hoy hay que felicitar la desarticulación de una banda que trafica con seres humanos, pero el listado de servicios con mérito podría ser inabarcable. Muchos periodistas van a «lugares de conflicto» situados a miles de kilómetros atraídos por el «tema del lugar», cuando podrían desplazarse muchos menos kilómetros en el interior de su país e informar de algo que les es absolutamente desconocido de manera inmerecida.

Felicitaciones al CNP y un ruego a la Delegación del Gobierno: por favor, saquen a los policías de la antigua estación de autobuses y construyan una comisaría decente de una vez.