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Martes, 11 de Enero de 2022
Inmigración

El sistema legislativo de España, principal obstáculo para repatriar a los MENA marroquíes en Ceuta

Marruecos no acepta que jurídicamente se le dé lecciones sobre cómo proteger a sus menores y apela al acuerdo bilateral con España

Menores marroquíes de los llegados a Ceuta en mayo se agolpaban en las naves del Tarajal / ArchivoMenores marroquíes de los llegados a Ceuta en mayo se agolpaban en las naves del Tarajal / Archivo

La pretendida devolución de los menores no acompañados marroquíes se encuentra realmente en un punto muerto. El acuerdo bilateral firmado por ambos países en 2007 y refrendados por sus respectivos parlamentos, con el objetivo de establecer los cauces para el retorno de la inmigración irregular, en este caso de los menores, fue puesto en entredicho por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo Número 1 de Ceuta tras aceptar las denuncias de varias ‘oenegés’ y el informe de la Fiscalía de Menores en la Ciudad Autónoma.

 

En definitiva, la magistrada no atribuye un alto rango internacional al acuerdo bilateral hispano-marroquí: “No es un Tratado Internacional (…) sino una declaración de intenciones”, minusvaloró en su auto la titular del Juzgado. “No constituye fuente de obligaciones internacionales, ni se rige por el Derecho Internacional”, aseveraba para completar: “Únicamente es posible llevar a cabo dicha repatriación si ésta se realiza con absoluto respeto a nuestro ordenamiento jurídico”.

 

Así las cosas, la muy garantista legislación española respecto del menor extranjero no acompañado, condiciona el futuro de éste, pese a que la lógica para el denominado ‘bien superior del menor’ de ser devuelto a su entorno familiar y social (país) no sea el alto principio que se contemple en nuestra Norma, y de la que tan buen uso en su defensa hacen las muy numerosas ‘oenegés’ que perviven como la única solución al colapso de la Administración, incapaz de dar cobertura por sus medios al fenómeno migratorio.

 

Marruecos, por su parte, sí está dispuesto a admitir a sus niños, pero no permite que la legislación española tutele al país vecino. En realidad, no soporta que España les dé lecciones sobre cómo acoger a sus menores nacionales.

 

Marruecos defiende que cuenta con legislación suficiente y cumple con los Tratados Internacionales en defensa de los Derechos Humanos y los del Niño como para que se ponga en duda sus capacidades. Fuentes consultadas de la Administración del vecino país admiten que no entienden a España en este asunto en particular: “Son nuestros niños, sabemos dónde están sus padres o familiares directos, y de los que no tenemos constancia familiar, son recibidos por nuestras asociaciones de acogida de menores”, afirman con cierto grado de perplejidad respecto a los posicionamientos jurídicos de España sobre los menores marroquíes.

 

El acuerdo bilateral hispano-marroquí quiere ser cumplido por Marruecos, pero se topa con que las ‘oenegés’ españolas, la Fiscalía y los jueces interpretan la protección del menor, incluso, pretendiendo imponer condiciones a Marruecos sobre cómo ha de hacer para tutelar o re-acoger a sus propios menores nacionales.

 

No es que Marruecos no quiera recepcionar a sus menores acogidos y dispersados por Ceuta, a cargo del erario público, sino que es España la que pretende obligar a Marruecos a cumplir con una serie de garantías propias de la legislación española y anteponer la potestad legislativa marroquí, que se defiende arguyendo que cumple con todos los convenios internacionales de protección de los derechos humanos, y también del menor.

 

De fondo, a Marruecos no le gusta que España le diga cómo actuar con sus nacionales; la legislación de Extranjería española para el retorno de menores no acompañados prevé la decisión del niño de entre 16 y 18 años, incluso la del menor de 16 años con capacidad de juicio, de volver a su país o quedarse en España. Y es aquí donde los muy numerosos ‘monitores-as’ de ‘oenegés’ hacen su trabajo. No pueden permitirse quedar sin clientela, por más que sean los padres marroquíes de estos menores los que quieran recibir a su hijo. Fiscalía de Menores, ‘Oenegés’… bien aplican la legislación actual, o bien se aprovechan al extremo para mantenerse activos y necesarios para una Administración superada, que no rebaja capacidades económicas en dar atención.

 

Políticamente Marruecos asiste al ‘Harakiri español después de la famosa invasión de mayo. España como víctima de su propio sistema garantista, incapaz de dar respuesta a fenómenos inducidos en el escenario híbrido de conflicto hispano marroquí.

 

 

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