
Vivas, el faraón político local con 'mochilas'
El despropósito en política local es una constante irrefutable. Acabó la semana con la publicación, nada nuevo bajo el sol en alguien tan voluble y presa de la veleidad cuando no del engaño, que Juan Vivas quiere eternizarse en los cargos, como un faraón de la política: el Tutankamón de andar por casa, dispuesto a ser embalsamado como una momia en esta Ceuta en la que se quiere erigir en salvador inmisericorde.
Conocido es el adagio que señala: De imprescindibles están las tumbas llenas, pero este pronunciamiento no parece ir con Juan Vivas, el eterno, al que algún medio digital (de esos que comparten editorial para ensalzar la figura "¿negociadora?" en los Presupuestos de Kissy Chandiramani, que para eso es ella quien controla los digitales), le otorgan permanencia hasta los 80 años como a los jueces. Así está el Poder Judicial en nuestro país con la trama judicial que propició la moción de censura a Rajoy en la que un magistrado de la Audiencia Nacional, José Ricardo de Prada (amigo íntimo de la fiscal general del Estado, Dolores Delgado y el exjuez Garzón) introdujo un párrafo a modo de "morcilla" teatral en la sentencia de una de las piezas de Gürtel deslizando que Rajoy no había sido "veraz" durante su testimonio en el juicio. Una novedad en un párrafo extemporáneo, innecesario y no ajustado a derecho del que sacó rédito el partido con el que pacta en Ceuta Juan Vivas como signo de deslealtad a sus siglas.
Aquí en Ceuta nos situamos con un PSOE empeñado en introducir elementos dirtorsionados que no conducen a cimentar la convivencia, rango característico, por otra parte, del populismo de la izquierda: el autoodio. Odian lo propio con mezquindad en una dinámica de la revolución al revés: primar a unos ciudadanos sobre otros, o lo que Mustafa Mizzian llamó en su tiempo: discriminación positiva, es decir, favorecer a unos con absoluta injusticia para obtener el voto cautivo.
Llegamos a unos presupuestos de la Ciudad criticados por Vox y Podemos. En el caso de los primeros, demonizados hasta el extremo, no parece novedoso; sí las declaraciones que escuchamos en la SER el pasado viernes de Ramón Rodríguez, donde no aprecia visión de futuro, tras escuchar a una Kissy Chandiramani, consejera de Economía y Hacienda hablando de quitarse chaquetas de aquí y de allá ( la de las siglas de los partidos y ponerse la de los ciudadanos) en un juego de palabras en el que le traicionó el subconsciente por lo "chaqueteros" que son para alcanzar sus objetivos PP-PSOE, es que vienen a ser lo mismo.
Es obvio que el nuevo PSOE de Juan Gutiérrez, adalid de la defensa de Trace (por intereses familiares, con relación directa y colocados hace un año para celebrar las Navidades con satisfacción) se siente cómodo con un Vivas doblegado genuflexo, dócil y colaboracionista en propuestas políticas insidiosas, y el faraón político local, con propósitos de perpetuarse de aquí a la eternidad, mirando con su ego más por él que por su partido, provocador y dogmático cuando en los Plenos encontramos al presidente de la sala con la OKUPA a su diestra, (en imagen patética) defensor a ultranza de socialistas y partidos islamicos. Haciéndose un Pablo Casado que equipara a PP= PSOE.
Repaso la hoja de servicios de este "servidor público" (como él se ha definido en tantas ocasiones): sus dos grandes logros han sido, el tener agua las 24 horas del día (faltaría más que estuviéramos aquí como en la selva amazónica en pleno siglo XXI) y gastar lo que todos los partidos que ahora callan, un despilfarro escandaloso en la Gran Vía, sin olvidarnos de la llamada popularmente Manzana "del pelotín" (entiéndase Revellín) a punto de llevar a la quiebra al Ayuntamiento por su exagerado coste.
Al margen de estas "emblemáticas" cuestiones, su trayectoria política ha estado salpicada de escándalos: el episodio de Pedro Gordillo que dio la vuelta a España, el caso Emvicesa donde pronto cercenó la presunción de inocencia de dos de sus consejeras (Susana Román y Rabea Mohamed), comportamiento que no fue tan radical ni siquiera en la crítica, con Mohamed Ali que ha permanecido en el escaño hasta hace un mes criticando con desahogo a quien le parecía (con elevado porcentaje a Vox, su obsesión) pese a su situación judicial que le desacreditaba para ejercer la acción política. Otro que tal baila con familiar colocado en Trace.¿Cómo van a criticar a la empresa de la limpieza viaria ni PSOE ni los "ya, ya" (como se les llama ahora con sorna a "Ceuta ya", reconversión de Caballas) con estas ataduras?
Las colocaciones de gentes afines, el llamado clientelismo político, se acopla en las llamadas "empresas amigas", en un 90% propiedad de ese lobby que tiene a Juan Vivas hipotecado de por vida, con las concesiones administrativas y adjudicaciones que les otorga con dispendio absoluto y falto de ética y estética. ¿Han hecho cuentas de que sectores se escapan al control de este lobby que cuenta con el Gobierno y el PSOE como colaboradores necesarios? Ambos partidos son rehenes del aludido lobby, al que habría que preguntarle qué "milagro" se ha producido para que Manuel Hernández haya abandonado la secretaría general del PSOE local sin hacer ruido, cuando en política (ahí tienen a Vivas con 70 años) no abandona nadie por su propia voluntad.
Continuando con los despropósitos y disfunciones hay que referirse al "revival" que cada año y durante toda la legislatura, Juan Vivas hace de sus 140 medidas para salvar a Ceuta y que repite (como siempre le recordó Fátima Hamed, ahora envuelta en otras situaciones más personales y ambiciosas). ¿Qué ha cambiado en estos 21 años que lleva Vivas al frente del Gobierno aferrado al dinero del Estado y sin una iniciativa local para la economía productiva que aporte esperanza? El desempleo, salvo para los familiares de los politicos (supongo que Gutiérrez no tendrá la desvergüenza de aferrarse a ninguna pancarta reclamando empleo con sus familiares colocados y sin problemas económicos, como tampoco Kissy Chandiramani, con todos los locales de sus allegados alquilados a las empresas de juego on line, ni Juan Vivas se pondrá nervioso cuando la gente desesperada por no tener trabajo se le ponga en la puerta del Ayuntamiento reivindicando su precaria situación.
Quiero decir que 21 años después, seguimos con los mismos problemas que hace cuatro lustros: las barriadas -otrora fuerte bastión de la acción del PP- han ido yéndose abandonadas, deprimidas en su conservación y atención, aunque ahora llega "el flotador" de Vivas (Juan Gutiérrez) como salvador de todos los males para redimir pecados y asumir el control de lo que ha abandonado el gobierno popular y le ha cedido generosamente al PSOE... las barriadas.
Los impuestos no bajan al contrario que en Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso parece llevar otras políticas distintas a su compañero de partido en Ceuta. Tan distinto son que la madrileña hace oposición a Sánchez y Vivas hace de felpudo.
Los socialistas, "para que nadie se quede atrás", votaron en contra de municipalizar la empresa de autobuses. Se opusieron a la propuesta de Vox y a favor de la patronal que es una sanguijuela sacando dinero público en una pseudoextorsión brutal sin solución de continuidad. ¡Menos mal que es el partido de los obreros!.
Quiero hacer ver que, hoy en Ceuta, viven bien unos cuantos privilegiados por sus conexiones con el "establishment" en detrimento de quienes quedan fuera del mismo, fustigados por decisiones adversas y perversas: ¿quién ha hecho algo por bajar el recibo de la luz que este domingo alcanzaba máximos históricos?
¿Se ha reivindicado que cada vez son más los "chiringuitos" que chupan del dinero público con cantidades millonarias cuando hay (la cifra no varía desde que Mohamed Ali aludía a ella desde hace años) un 45% de ceutíes en el umbral de la pobreza? Cantidad que, según los responsables del Banco de Alimentos no es tal porque de serlo, estaríamos matándonos en las calles por la extrema necesidad y las penurias de subsistencia. Así se explica que haya "necesitados" que cada jueves acudan a los almacenes de Cañonero Dato en vehículos de alta gama para abastecerse de las bolsas de comida del Banco de Alimentos con el visto bueno de Servicios Sociales, algo contradictorio con la precariedad mencionada.
En este pueblo de distorsiones, contradictorio y pródigo en usos y abusos de todo tipo, no es de recibo que Juan Vivas se reivindique como el salvador de la "Cosa Nostra" cuando en cuatro lustros el déficit del estado de bienestar ha sido sólo para una parte de la población. De ahí las dos Ceutas de las que hablaba Mohamed Alí, a lo que habría que añadir: la Ceuta de quienes pagamos impuestos y la Ceuta de quienes viven de subvenciones y ayudas de todo tipo. Intentar revalidar ahora, Juan Vivas un legado que se sustenta con pies de barro es una utopía tan insultante como desvergonzada, además de atentar a nuestra inteligencia.
La lejanía del recuerdo pone a cada uno en su sitio, aunque hay que refrescar la memoria y echar la vista atrás. No se olvide que la memoria coloca todo en su sitio. No perdamos la memoria, echemos la vista atrás para rememorar el pasado, seamos dueños de nuestro presente y miremos al futuro con ojos más optimistas y esperanzados que el referente de un Vivas caducado, como tantas veces le dijo el hoy desaparecido, Manuel Hernández. El PSOE atrapado en sus contradicciones, le sustenta apuntalando un edifico en ruinas: el PP de Vivas. La gran farsa del teatrillo local instalados en el "todo ha de cambiar para que todo siga igual".
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