El Gobierno socio comunista de Pedro Sánchez ha logrado que los españoles acudan petrificados al bochornoso espectáculo de convertir los Presupuestos Generales del Estado en un mercadeo, para que el socialismo pueda seguir políticamente en la Moncloa. Esta es la última cortina de humo de un Gobierno tocado y hundido que ataca a la clase media y cuyo verdadero líder es Arnaldo Otegui, dirigente de la reconvertida banda terrorista ETA.  Y hablo de cortina de humo, porque lo que verdaderamente importa a este Gobierno totalitario, siempre es a lo que no dan a  bombo y platillo en sus medios. Lo fundamental para Sánchez son: Los acuerdos con la ultraizquierda que no quedan por escrito; las leyes como la de Memoria Histórica que permiten el adoctrinamiento de niños, una historia manipulada y dictada por el Gobierno, a su medida;  y el ataque permanente y organizado a todas las Instituciones, asegurándose con  Bildu, como socios principales, la ruptura de España y el incendio de las calles.

Nadie puede negar la capacidad del socialismo para mentir, robar, manipular, hacerse millonarios y “pasarlo bien”, para ejemplo Ábalos. Además, el PSOE está en manos de los ultra radicales de Bildu, sus principales socios hoy. Sin olvidar, que Sánchez lleva más de 140.000 muertos de COVID sobre su espalda por tomar decisiones políticas y no sanitarias. Tampoco debemos obviar, esa fijación del PP de Génova por tender la mano a la izquierda extrema e insultar a VOX. Casado no ha tenido mejor idea que sentarse a negociar con el Pedro Sánchez, regalándoles nuestra última protección democrática, la justicia, poniendo la alfombra roja al PSOE para seguir en el poder.

El partido azul, que nada tiene que ver con el de hace 2 años, asume el lenguaje progre del PSOE, se mimetiza con quien cree que ganará votos, no con el que ya se los ha dado. Pablo Casado no ha entendido que la única líder del PP que ha sido coherente con sus votantes y pactado con VOX sin complejos, es la única persona que ha tumbado a Pedro Sánchez, Isabel Díaz Ayuso. Su premio, la confianza de millones de españoles. Esa confianza es la que ha perdido Casado atacando a Ayuso, a VOX  y a sus principios. España está gobernada por un Presidente autoritario que aspira a imponer una ideología, no a gobernar un país en libertad. Esto no va de izquierdas o derechas, esto va de proteger nuestros derechos democráticos, y eso comienza con la libre elección de la educación de nuestros hijos y nuestra lengua común, el español.

Para miles de políticos que España siga igual significa tener su bolsillo lleno, alcanzar el poder y tener muy lejos la realidad social, cada día más compleja. Los constitucionalistas deben de tener claro que el único cinturón sanitario que hay que hacer en España a un partido político es al PSOE de Zapatero y de Sánchez. A día de hoy, los únicos partidos que pueden hacerlo son PP Y VOX, y sólo esa alianza puede echar a Sánchez de Moncloa. Sin embargo, el PP de Génova, y la tradición política en España de pactar con los que roban, sigue promoviéndose, Casado se quiere hacer un Rajoy y engañar a sus electores.

El mandado de Teodoro le tiene miedo a un Abascal al que todavía le queda un gran recorrido para que su partido madure y que sólo le ha dado estabilidad hasta ahora. Puede que  Génova deba recuperar a Cayetana y poner en el banquillo a Egea para poder ganarse la credibilidad ante españoles de derechas, sin adjetivo de lugar. Llegan voces de adelanto electoral nacional, el Gobierno ha iniciado una “macrocompra” de urnas y material electoral mientras niega el adelanto, vamos, que habrá “fumata” en breve. En cuanto salga a la luz el pacto del CGPJ de PP-PSOE, Casado estará acorralado y será la única oportunidad de Sánchez.

No podemos permitirnos seguir 2 años más con un Gobierno socio comunista ficticio y Bildu en Moncloa, gobernando en contra de los españoles y de España, pero viviendo de nuestro trabajo. No debemos dejar que unos políticos con su vida muy resuelta conviertan en marca blanca a los españoles y en marcas de lujo a los partidos radicales de Cataluña y el País Vasco, donde señalan a los que hablan español. No debemos dejarnos deslumbrar por El “Black Friday” de los Presupuestos Generales del Estado de los que Sánchez ha hecho un espectáculo infame: ERC y PDeCAT se llevan 43 millones, el PNV 42 y Bildu 28, ¿alguien da más?

Unos presupuestos irreales que crean más desigualdad entre españoles de primera y de segunda. Necesitamos tener conciencia de lo que nos jugamos y tenemos que exigir a los partidos constitucionalistas esa coherencia entre lo que dicen y lo que hacen. Nadie en su sano juicio se sienta a negociar con la extrema izquierda, nadie con dignidad puede valorar pactar con el PSOE. Abascal y VOX se posicionan con claridad; Casado y Génova deben decidir su estrategia para proteger España, y la de atacar a Ayuso y a los españoles liberales es sin duda, una equivocada.