El Poblado Marinero, un lugar que se proyectó como lugar y centro de ocio y esparcimiento, se ha convertido en un lugar inhóspito que afecta gravemente a las empresas allí instaladas, y a los ciudadanos que acuden, cada vez en menor medida, a intentar pasar un rato entre familia y amigos.

"Cualquier día es complicado", relata un empresario instalado en la zona, que prefiere mantener el anonimato -algo muy común en estos tiempos en los que prevalece el miedo a represalias, tanto de los grupos delincuenciales como de los poderes que prefieren ocultar la situación- "los jueves, viernes y sobre todo los sábados esto se convierte en una zona tomada por bandas o grupos, o manadas como quieras llamarlo, que se imponen por su impunidad a los jóvenes que acuden, o acobardan a las familias que vienen un rato a intentar disfrutar de un espacio de ocio", apunta este testimonio.

"La restauración, incluso los lugares de copas, o el propio cine, estamos sintiendo esta preocupante situación", advierte. Es cierto que llama la atención a las autoridades para que establezcan un plan para dar seguridad a la ciudadanía de un modo más constante "la presencia de la Policía a determinadas horas ayuda, sí, pero hasta los propios policías se sienten impotentes por las mínimas consecuencias que acarrean sus actuaciones cuando afrontan hechos delictivos", lamenta.

"Esto está muy mal", incide. El testimonio mantiene que esta nueva juventud que llega de esos modos "acogotando e imponiéndose, conocedores de su impunidad, manifiestan una enorme falta de valores cívicos, educacionales y de convivencia ante los que no encontramos respuesta, ni estamos preparados para afrontarla... son muchas veces menores, y son de aquí no son extranjeros", reconoce.

"Lamentablemente deberá pasar una grave desgracia, para que las autoridades actúen", advierte preocupado, pero señala: "Estos chicos tienen padres, casas, familias... ¿sus padres non saben el comportamiento de sus hijos en la calle?", se pregunta.

El Poblado Marinero se ha convertido en un lugar verdaderamente inhóspito, e inseguro que rompe el proyecto de centro de ocio y esparcimiento para el que fue concebido.