Guerrero, objetivo de aniquilamiento civil
La podredumbre ignominiosa a la que hemos asistido esta última semana con la imputación falsa a Javier Guerrero de un supuesto delito de pederastia propagado en redes sociales es el culmen de la miseria humana elevada a la categoría de invento.
Desde las redes sociales (¡oh, el paradigma de la cobardía amparada en el anonimato para flagelar a cualquiera con impunidad!), se ha utilizado como herramienta vil para denigrar a una persona honesta cuyo "pecado" ha sido proclamar sin subterfugios que tiene propósito de presentar candidatura a la presidencia regional del Partido Popular en el próximo Congreso.
Alguien teme el cartel del reputado médico para "fabricar" un descrédito anticipado y tratar de atemorizarle con lo que podrían aún estar por venir en el mismo sentido falaz, inventado y denigrante. La fórmula de "manchar" la honorabilidad de quien es intachable como persona y médico es propia de cobardes amparados en el chantaje como medio de vida ( y en Ceuta hay unos cuantos y se les conoce).
La truculenta historia proveniente de una hipotética musulmana que "chismorrea" un supuesto que solo cabe en una mente enferma y de urgente tratamiento, no es mas que la conducta de tantos manipuladores anónimos que otean el horizonte y especulan sobre sus posibilidades o no de progreso, en función de quien ostente el poder a futuro próximo.
Javier Guerrero ya fue sacrificado por Juan Vivas cuando le obligó a dimitir por un "pecado" que no era tal como se demostraría después con Jesús Lopera, en las mismas circunstancias o, quizás menos justificadas, en cuanto al procedimiento seguido en su vacunación. La Fiscalía no vio, con el paso del tiempo, responsabilidad en el director territorial del INGESA pero la eliminación de Javier Guerrero ya no admitió marcha atrás. Y sorprende que el mismo Mohamed Ali, tan sensible en la denuncia del médico candidato a presidir el PP en la renovación que proyecta, sea ahora -¿será para lavar su mala conciencia?- quien le defienda en su cuenta particular de redes sociales, cuando no dijo ni pío sobre "el caso Lopera".
Sobre Javier Guerrero conocí, recientemente, un caso que merece hacerse público: una paciente acudió a él aquejada de problemas gástricos y sensación de flojedad. El ojo clínico del Guerrero a realizarle una serie de pruebas para detectar la causa de su extrema debilidad. Resultado: le detectó un tumor en un riñón y la inmediata extirpación del mismo, ha supuesto salvarle la vida. El otro día me comentaba la afectada: "Debo mi vida a Javier Guerrero y siempre le estaré agradecida". Un testimonio revelador de una persona agradecida que no figurara en ningún titular de prensa ni trasciende a la opinión pública.
En cualquier caso, si sorprendente por absurdo es el mensaje de la supuesta musulmana sobre un episodio que solo existió en su mente enferma, peor aún me parece la pregunta que le formuló el representante de un medio digital - la única que se le hizo en su comparecencia a la puerta de Comisaría tras poner la denuncia-, para intentar justificar un delito con la excusa, también enfermiza, de vincular a Vox en este entuerto:"¿Usted cree que la motivación de esto es por su relación con Vox en la Asamblea?" Guerrero desmintió la interpelación y señaló que él había ido ahí a hablar de su denuncia y no de Vox. No se condena el delito sino se trata de justificarlo con Vox de por medio que también ha de ser culpable de la muerte de Manolete.
Nadie plantea si el temor pudiera venir o no del PP o del PSOE o de ambos a la vez. Tampoco se menciona si MDyC y Caballas han podido o no, conocer la génesis de este invento. Javier Guerrero sí dijo "no quisiera pensar que detrás de todo esto hay algún político". Un supuesto que es razonable porque la "oportuna" descalificación es una clara motivación política a resultas de su anuncio de irrumpir en el escenario del que se le obligó a salir, cuando él comenzaba a inocular el "gusanillo" político y se sentía satisfecho de su ardua y buena labor desarrollada en los tiempos más difíciles de la pandemia. Es obvio que las cloacas de la política se han "movido" en este caso para interferir y amedrantar.
Bien es verdad que hay quien le compara, por su bondad y voluntad de servicio en la Medicina y en el trato personal con Sánchez Prado. No quiero pensar, amigo Javier, que si al icónico médico republicano le fusilaron durante la Guerra Civil a tí, en quien algunos ven al émulo de aquél, hayan querido hacerte lo mismo: fusilarte a nivel civil utilizando no un rifle sino las redes sociales. Una forma de utilizar la modernidad para aniquilar de manera fulminante.
Confiemos que la Justicia ponga al autor o autores en el sitio que les corresponde: la cárcel. Y se descubra el leitmotiv de este entramado perverso tan dañino como los malos instintos humanos por pervertir la realidad e involucrar a un hombre bueno en unas acciones abominables y socialmente repudiables en extremo con la perversidad de ser inventadas.
El autor o autores de la falsa imputación a Guerrero debieron pensar que "todo delito que no se convierte en escándalo no existe para la sociedad", sin olvidar que todos los delitos llevan a las espaldas el castigo. Ojalá se castigue de manera ejemplarizante a quien o quienes divulgaron tamaña barbaridad con falsedad y pensaron que serían impunes.
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