Sin paraguas en Ceuta para las lluvias
Me encuentro entrevistando a Ángel Cristo y a su mujer Bárbara Rey. Su circo está trabajando en la ciudad. Todo un espectáculo de diversión.
De siempre he sido muy aficionado al mundo de los circos. Sin hablar del mejor escritor de Ceuta, Antonio Fernández Márquez.
Si se despistaba Márquez en la obligación (no era precisamente un hombre de estar encadenado a horarios) de sentarse ante la máquina de escribir, y algún circo se encontraba en la localidad, ya sabía dónde ir a buscarlo. El problema era que no regresábamos al trabajo ninguno de los dos.
En la grata entrevista los empresarios circenses me refieren que estando en nuestra tierra, ha nacido un leoncillo al que han puesto el nombre de Ceuta, en agradecimiento por la acogida.
Con el tiempo supe que ese número estaba incluido. Ciudad por la que pasaban, repetición del bautizo.
Pero viniendo de un circo todo era perdonable. Ese pequeño leoncito llevaba los nombres de todos los pueblos del mundo.
El diario El País y su director Juan Luis Cebrián. Al socaire de ir de izquierdas, el periodista se hace millonario. El periódico El Mundo y su director, Pedro J. Ramírez, va de derechas y también se hace rico de muy rico.
Pedro J. Ramírez, fundador de El Español, se encuentra en Ceuta para dar soluciones mágicas a los problemas económicos. Es muy de agradecer. Desconozco la tardanza en acudir a él. Se ha esperado a la marcha azul para que deleite con sus brillantes remedios. Además, al módico precio de 100.000 euritos de nada.
Las colas del hambre
Las colas del colegio de La Inmaculada. Que no son para entrar a clases con las simpáticas monjas.
Son porque forman parte del paisaje de las necesidades de trabajos de la oficina de sellado del paro. En torno a los 13.000 desempleados. Con los alquileres más caros de Europa. Con unos cargos políticos y funcionariado que cobran plus que bien.
Con el agravante de que, en su mayoría, no desean echar raíces. Ni salir a la calle a protestar.
Unos con tanto. Otros que mejor les vendría que las monjas se apiadaran en su compasión infinita y en conversación agradable con sus guardianes, los dragones, dieran calor, ánimos. Hasta las miradas son reconfortantes en la desesperación de esas familias ceutíes.
En Ceuta deberían de estar muy vigilados, muy controlados, los matrimonios de conveniencia. Ser agradecido con 100.000 euritos de calderilla.
Ser agradecido con el nombre de Ceuta por nacimiento. Decir que me siento ceutí. Que queda a sonido suave de rugido del cachorro aquel del que nunca jamás volví a saber.
Y los integrantes de las colas de buscar la vida se ven muy jodidos.
Se me disculpará, pero me paso el foro. Parece que nuestros gobernantes también pasan por el mismo lugar. La grave noticia de que Ceuta siga sin paraguas.
Pese a haber sido Ceuta gran mercado vendedor de esos artilugios protectores de la lluvia. El comercio de los paraguayos.
Que el chaparrón de los comportamientos pre y bélicos. Que en el juego de la guerra se siga fuera del club de los familiares del primo de Zumosol.
A quién haya cogido por sorpresa que levante la mano. Vale.
Ha venido Vox a poner en evidencia en el Congreso lo evidente pero que nadie quería destapar abiertamente.
No son, nunca lo fueron, sobre aquellos que se intenta poner el foco, los culpables.
La venta de Ceuta se realizó y se sigue materializando por quienes son españoles de pura cepa, pero sin el rubor de entregar un pueblo.
Con unas políticas de entreguismo descaradas. Creando el origen de una confrontación que nunca debió de haberse permitido. Si desde hace años se hubiera integrado a los nuevos en el marco debido del tú a tú.
Asimismo, se hubiera cortado la sangría.
Que nunca, repito e insisto, fue por la sencilla razón de un humanismo en exceso. Fue, siempre lo ha sido, por motivos de intereses económicos.
No se regaló nada. A cambio grandes fortunas amasadas. Como hecho anecdótico el Registro Civil salió ardiendo en cierta ocasión. Se quemaron unos papeles.
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