De mayor quiero ser como tú
Es el título de una canción para mayores y otra para peques, pero siempre me he quedado con las ganas de soltar esta frase a unos cuantos elementos que campean por Ceuta.
Hace diez años vino de vacaciones una pareja y decidí mostrarle los encantos de nuestra tierra, y eso conllevaba el paseo por los lugares típicos de Ceuta como enseñarle el mirador de Isabel II en García Aldave, el balcón del Estrecho en San Antonio, los atardeceres por Calamocarro, la delicia de la Ribera y por supuesto tomar un té en Benzú.
Me decían que Ceuta la veían súper limpia y súper segura, habida cuenta de la presencia de efectivos policiales cada cierto espacio de tiempo y que eso en la Península apenas se notaba, y le dije que aquí estábamos pidiendo a gritos un policía en cada esquina y la frase de más presencia policial.
Esto fue hace diez años y aquel recuerdo no deja de darme vueltas en la cabeza cuando aquí, con los tristes sucesos recientes, los ciudadanos claman al cielo pidiendo más presencia policial, que nos vamos situando en cabeza a nivel nacional en cuestión de delincuencia, jaleos, robos, atracos , incendios nocturnos y algaradas a nivel general.
Pero no podía olvidar que problemas de comportamiento y de integración siempre los hubo, ahora está de moda echarle la culpa al que viene de fuera con unos modales y unas formas que chocan con el ciudadano normal que tiene sus derechos y a veces se le olvida sus obligaciones.
De un tiempo para acá el conducir es un tormento, es un suplicio es un sufrimiento total por los lugares de cualquier punto de Ceuta, y eso se contagia y solivianta a los pasajeros que me acompañan, llegando al punto que cuando se bajan me dicen -Javier así no me monto más contigo en el coche-.
Qué hago, lo dejamos igual y no nos quejamos, posiblemente será lo mejor y poner música relajante y cantarme unos mantras para que mi vida sea sublime. Y me viene a la memoria el niño que iba desfilando con el paso cambiado y decía la madre 'hay que ver que 'malamente' desfilan los demás'!…
Las paradas en doble fila, los saludos y parabienes, los caballitos con los derrapes, las persecuciones entre colegas, los pasos de cebra que no te menees y luego están los que se pasan o no llegan, estos son los tortugas y los Fitipaldis.
En resumen que cuando les recrimino el comportamiento y me echo las manos a la cabeza y me miran como perdonándome la vida, y estas personas haciendo el gesto “ quita bombillas “ como Raphael, me dan ganas de decirles : ¡De mayor quiero ser como tú!
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