Vaya por delante que soy católico practicante, pero últimamente estoy un poco desconcertado. Y tenía ganas de ver si verbalizándolo soy capaz de entenderlo mejor.

Por un lado tenemos una declaración por parte del portavoz de la Conferencia episcopal española, abriendo los brazos al indulto a los condenados por el procés . Pero hay trastienda con la declaración. Porque una declaración de ese tipo requiere la conformidad del Pleno, que solo puede obtenerse si la propuesta se ha discutido y aprobado, y esto, a su vez se da cuando el Presidente está presente.

Y entonces va D. Luis Argüello, el Secretario General y hace unas declaraciones no autorizadas, que no reflejan el sentir unánime de la CEE, en el sentido de que “están por el dialogo, como los obispos catalanes”. Brillante.

Los obispos catalanes tienen las Iglesias vacías. Y esto no es una opinión personal. El que quiera comprobarlo, que acuda a las estadísticas. Así que ya que no se dedican a la pastoral, se dedicarán a favorecer el diálogo político. Pero que D. Luis Argüello se sume en nombre de la Conferencia Episcopal, de forma -digamos caritativamente-  poco ortodoxa no ayuda a llenar los templos catalanes y, por el contrario si ayuda a vaciar las restantes. Porque algunos no entendemos a qué viene eso de posicionarse en favor de “los indultos”.

Por si a alguien le interesa, el obispo Argüello suena como el próximo Castrense.

Luego está el motu proprio de Su Santidad el Papa prohibiendo la celebración de la misa tridentina, cuya principal característica no es que se celebre en latín -todavía idioma oficial de la Iglesia-. Es un claro golpe encima de la mesa para dejar de condescender con el sector más conservador de la Iglesia (cuya cabeza más visible es Mons Lefevre).

Vamos a ver. Que son cuatro gatos. Forzarlos a que abandonen el seno de la Iglesia no parece que suponga una gran perdida.

Sin embargo, Francisco no ha hecho ningún gesto hacia quienes adoran a la Pacha Mama, ni hacia quienes persisten contumazmente en hacer lo contrario de lo que dice el magisterio de la Iglesia (que casualmente es el propio Papa) -y en este último caso me refiero al Sínodo de Obispos alemanes.

A lo que parece, Su Santidad está muy preocupado por el sector conservador, y poco por el sector progre de la parroquia. Y ese último se caracteriza por ir perdiendo cada vez más fieles, cosa que también ocurre con las Iglesias protestantes alemanas.

Y en el medio, algunos seguimos asombrados y con interés esta deriva de Francisco, a ver dónde nos quiere llevar. Pero no me extraña que los antes fieles vayan yéndose por la puerta para no volver.