La alta definición de Ceuta, bajo control
En un alcalde es la cercanía, la inmediatez con los ciudadanos. En una televisión local, es, tiene su razón de ser, en informar al pueblo llano, con lo que es del pueblo, con lo cotidiano de cada jornada. En el ámbito del término.
Así pues, que un alcalde encienda o apague su emisión en directo de la noticia del día, con repercusión nacional, cuando hay un pleno, es el resultado de la gestión.
El uso de los dineros públicos para la utilización privada, particular, de su interés, de la cosa pública, a su capricho, antojo.
Un pleno es, podrá ser, interesante, aburrido, espectacular patio de vecinos.
Una sesión plenaria, es el alma del pueblo guste o no. Con independencia de los fondos y las formas, es la máxima expresión popular del ciudadano de la calle, el de a pie, el vecino.
Cuesta la televisión de Ceuta un dineral de calderilla cada año. Iba a especificar la cantidad, pero mi querida y vieja pluma, me ha salido con eso de no estar, en esta ocasión, para gastar su tinta fina con tantos números.
Encima, a la tele pública que le pagamos también al alcalde, se la acaba de dotar, no hace mucho, de mecanismos técnicos para la alta definición, de lo más ultimo que han encontrado en el mercado de las cosas caras por su calidad sin parangón, en el mundo local de las cajas tontas.
Pero que ninguno de los alcaldes, de los que, hasta el momento, han pasado cerca de Plaza África, deja sola, ni para ir al cuarto de baño, a hacer pipí.
Nada debe importar, pues, que esa maravillosa incorporación técnica pueda ser otro motivo más para subirnos los impuestos. Con tal de que, cuando salga, aparezca en pantalla, el alcalde, (para lo cual no hace falta la materialización de ningún milagro), se pueda, podamos, apreciar hasta el último detalle de un discurso que nos ayudará a conciliar el sueño. Ni la mosca tsé tsé, del continente que pisamos. Muermo.
Un alcalde nos quita la emisión directa de los plenos. Otro, quitó los carnavales.
Afortunadamente, mi ángel de la guarda, intervino. Cubro informativamente con Tony un pleno. Antes de seguir, no puedo obviar. Tony, corresponsal de guerra en la División Azul, hablaba, mejor dicho, se defendía en ruso, idioma con el que realizaba sus entrevistas en las calles de Ceuta. Los marineros, los barcos rusos, estaban en Ceuta con cierta fluidez. Dejaron a Ceuta fuera del paraguas de la OTAN, no obstante, en una situación extrema de ruina en todos los sentidos, se debe pedir permiso para que puedan atracar la flota roja.
Un concejal, desde su asiento de autoridad, ahora escaño, me arroja, me tira, un vaso, mientras me encuentro realizando mi trabajo como profesional de la información. Vaso que pude esquivar, por mor de los muchos reflejos de la juventud, divino tesoro, parafraseando a Rubén Darío. Y mi ángel de la guarda, como he dicho.
En la hemeroteca del decano, ejemplares a los que pronto podremos acceder por internet, pues se está en la digitalización, se puede ilustrar detenidamente quien guste mirar en las páginas escritas del ayer fundidas con plomo y sistema offset.
En definitiva, debemos pagar religiosamente los impuestos, los que hagan falta y más, para que la televisión local pública del alcalde, pueda seguir dotándose de los mejores medios, y el primer mandatario de turno, diga al pueblo lo que debe verse en cada momento...o no.
Qué un pueblo es mayor para pagar, no tanto para saber lo que puede hacer daño a los ojos y oídos. Que la inmadurez, la falta de conciencia, de los ceutíes, anda así que así, tirando a los Regulares.
Jornada a modo de barra libre de controles en el país. Mientras en Ceuta se controla la alta definición, y se emite de nuevo lo de los policías, en Madrid, se apaga el espacio “Las Cosas Claras”, de Jesús Cintora, en TVE.
Al hablarse tanto de Cuba, como que no sé, sinceramente, si nos movemos en España, o en el país de los puros, tan ricos para los fumadores. Que se lo digan a mi primo Juan Luis Benzo Mena, del Banco Exterior, del Revellín, hermano del cantante Salvador (Borys Benzo), con su famosa canción:” Yo vengo del campo”, que acaba de morir en Sevilla. ¡Qué buenos hermanos, de corazón! La calle González de la Vega, con los juegos de la infancia. Salvadorín, inseparable de aquella guitarra eléctrica, que a mí me parecía, con mis años de niño, un instrumento digno de dioses.
Santiago Abascal, non grato. Vaya. En el momento más crítico ponemos etiquetas, cuando se canta lo de la necesidad de estar unidos más que nunca. Que todo el mundo sea bienvenido a Ceuta, sobre todo cuando va a decir cosas que a unos molestará o no. De ahí a…controlar también.
Achacar, a estas alturas, tensiones y crispaciones, en exclusiva, por el representante de la tercera fuerza política del país, que, podrá gustarnos o no, pero de ahí a usar, una vez más, al ayuntamiento para golpear en temas tan absolutamente discutibles. Santiago Abascal es, en mi opinión, una especie de cabeza de turco que ha venido de perilla, a los verdaderos culpables, los responsables del desaguisado.
Son el PP y el PSOE, de Ceuta, a base de aplicar, de desarrollar, una política de entreguismo a lo largo de los años, los que han puesto en manifiesta debilidad las señas de identidad. No fue, ni mucho menos, por amor al arte. Fue, desde luego, por hacer caja. Por los dineros fáciles. En nuestro medallero particular olímpico, contamos con el número uno mundial, en evasión de divisas. Asimismo, con el número uno mundial del narcotráfico. También con el récord de contrabando salvaje.
Tampoco hace tanto. Es sobre el año 1995, cuando Bruselas interviene en el coladero. Se produce una llamada a la delegación del Gobierno. Se va a proceder a la instalación un sistema de vallado, dado que en los ochos kilómetros perimetrales de frontera, sólo era vigilado por dos guardias civiles, es decir, una pareja. La primera partida presupuestada es de unos 5.000 millones de pesetas. El diputado ceutí del PP, Francisco Antonio González Pérez, realiza pregunta en el Congreso sobre la situación. Pero no fue un tema sobre el que pusiera toda la carne en el asador, desde mi punto de vista. Además, hasta ese año de las luces, ¿hacia dónde se había estado mirando?
Año 1977, alerto por activa y por pasiva, una y otra vez, de forma machacona, sobre la vulnerabilidad, sobre la venta, mejor dicho, el regalo. Desde un barco de papel, que hundieron.
De no haber sido por los negros, que dieron el cante masivo por Europa, Ceuta…
Año 1995. Año grato para Ceuta.
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