En tanto los PGE que se pretenden aprobar son un claro guiño a la Generalidad de Cataluña desfavoreciendo a otros territorios, y en los que Ceuta no sólo pasa desapercibida sino que pese a la lamentable situación de sus intereses estratégicos no son ni contemplados, Marruecos, capaz de mantener dos velocidades comunicativas con España (la veloz para hacerse valer en los intereses nacionales de control migratorio -pese a que 70.000 inmigrantes han llegado a las costas españolas-; y la lenta para cumplir con su estrategia nacional de dañar a Ceuta hasta lograr su añorado final), va a poner en marcha, de nuevo, el aeródromo de Tetuán -antes sólo para uso del monarca- y va a concectar la antigua capital del Protectorado con la capital de la Costa del Sol.

En tanto que la frontera queda permanente colapsada y/o bloqueada al interés marroquí, las autoridades españolas en Ceuta quedan desamparadas por Madrid que no tiene estrategia de futuro para Ceuta, ni se lo plantea. Algo que no ocurre ahora de modo evidente, antes también sucedía.

Evitar que el marroquí de alto poder adquisitivo llegue hasta Ceuta es el objetivo. Proponer graves dificultades en el cruce de fronteras es el medio para lograr el fin. Y si bien, de este modo se ha logrado que el Puerto de Tánger Med disponga en la OPE de unos mejores resultados, ahora, las vacaciones de los adinerados del sur de Marruecos en el Norte de ese país tendrán la opción de vivir la España peninsular por sólo 43 euros ida y vuelta. Así, al menos, se reflejan ya en las webs de vuelos que anuncian la próxima y nueva conexión aérea entre el Sur de España y el Norte de Marruecos.

Ahogar a Ceuta, implicarse en la desestabilidad social de sus durmientes, promover serias complicaciones económicas es el objetivo nacional de Marruecos, sería deseable conocer cuál es el objetivo de España.