Cualquier lugar, más o menos oculto, en la zona portuaria se convierte en un espacio habilitado para la ocupación de los inmigrantes que pululan constantemente por el Puerto sin que, hasta la fecha, las medidas adoptadas por las autoridades hayan mostrado eficacia.

La imagen de cada mañana con la que se topan las empresas que prestan servicio en el puerto de Ceuta es como la que se aprecia en la fotografía. Inmigrantes durmiendo en cualquier rincón entre mantas o cartones, muy poco dignas cuanto menos de unas instalaciones que, entre sus funciones, está la de mantener las garantías de seguridad que se le otorga a una infraestructura estratégica.

Igualmente afectados se encuentran los espacios donde se desarrolla la actividad comercial de los inversores en el Puerto, por la continua presencia de argelinos, marroquíes o MENA al acecho del usuario o cliente.

Policía Local en las zona exteriores, merced al convenio con la Autoridad Portuaria, más la Policía Portuaria incrustada en los espacios interiores no consiguen eliminar la imagen permanente de un espacio, el portuario, cuajado de presencia inmigrante a la búsqueda de acceder a barcos o camiones para salir de cualquier forma de Ceuta.