Invertir en Ceuta, con baraca
Que el límite de la condena a muerte sea, precisamente, el mismo de los terrenos, casualidades que no existen, y termine en otra zona, a la que se le ha levantado la espada de Damocles.
Que viene de un asentamiento ilegal en la misma playa, pues, de agravio comparativo y venganza.
Que conste que soy el primero en pensar en Benzú, como un lugar de desarrollo sostenible. Que sea bonito, no con casas en la playa. Una barriada en condiciones.
Ahora bien...
Moriré con deseos de justicia por lo que se ha hecho. Que no todo el mundo tiene dinero suficiente para defenderse judicialmente contra todo un monstruo institucional, que dispara gratis, con pólvora ajena. Que no es tan fácil.
VALIENTES SIN LUNA LLENA
Es a la muerte de mi querido padre Joaquín, cuando los valientes, salieron de noche, sin luna llena, sin ningún resplandor, de coches ardiendo, en la ciudad, con excesos de pájaros. Gaviotas y palomas, y sus molestas cagadas.
Conocedores de que, faltando el cabeza de familia, nos dividimos, sumamos las diferencias, fuimos marchando a otros lugares, algunos ya abandonaron la vida, aburridos. Se nos pusieron obstáculos. Si alguna familia ha sido verdaderamente maltratada ha sido la mía. Mi querido padre Joaquín, de San Roque, hijo único también, en posesión, durante toda una vida, más de cuarenta años, de uno de los negocios más rentables, en sus años, de aquella época, el restaurante El Delfín Verde, reinvirtió las ganancias, en ir comprando en Ceuta, parcelas, de lo que, orgullosamente, llamaba el campo. El campo y su perro podenco Carmelo, sin hacer daño a nadie, dando puestos de trabajo a mucha gente.
SALTO A LA FAMA
A Ceuta llega cualquier imbécil, con una mano delante y otra detrás, y se le facilita el salto a la fama del buen vivir. Los que vienen de fuera, y los que anidan en la tierra con aval de intocables.
Cuando muera físicamente, mentalmente hace tiempo, que en mi tumba pongan epitafio.
Cada uno de los miembros de mi familia, podríamos compartir leyenda lapidaria. Podría rezar así:
El origen de nuestra fortuna arruinada, es honrado.
PEDRUSCOS EN LAS CASAS
La montaña fantasma de Benzú, esa cantera a punto de desaparecer del mapa dibujado a los pies de esa mujer que se murió de desolación, contemplando la aniquilación de las ballenas que desfilaban por allí, majestuosas.
Esa cantera de Benzú que en ocasiones ha llegado hasta llamar también en las casas de los moradores del lugar, con sus pedradas, con sus explosiones, con sus detonaciones, con sus bombas, son el mejor aliado para comprender que la venganza sólo afecta a Calamocarro.
Las aves y la dinamita no se llevan bien del todo. Lo mismo, se han acostumbrado a convivir como nosotros con el maldito virus, quien lo haya hecho.
Afortunadamente, queda el consuelo pobre, de ese organismo, edificio, de vigilantes de la naturaleza, prácticamente situado en las inmediaciones de esa montaña que vuela y vuela, lo que resta, claro.
Vigilantes de la naturaleza y demás asuntos serios ecológicos. Que ahora el que no es ecológico, es porque es verde. Posiblemente, antes de la moda, de la fiebre del verde, se haya estado a la cabeza de la manifestación de poner cemento hasta en la sopa. Que, para los salvadores de Ceuta, los que no vieron o no quisieron ver, prever los riesgos, fueron servidos con el manjar del alimento de dioses.
Vivir a la sopa boba. Listado de políticos, empresarios, y demás, que han reinvertido en Ceuta. Listado en blanco, con la excepción referida. Se aceptan datos para su publicación, con permiso del medio en el que tengo ahora, y por ahora, oportunidad de expresar comentarios, desde el dolor íntimo.
Que no se quejen en exceso los vecinos de Benzú de su suerte. Porque aquello, ese dicho de “¡o todos moros, o todos cristianos! ", no ha funcionado, no ha sido aplicable, al menos, en nuestro escandaloso caso.
Se hundió en el barro, en el fango, el legado principal de uno de los empresarios más destacados de Ceuta. No tuvo mejor cosa que hacer, que apostar, decididamente. Haciendo lo que pocos o nadie hace: invertir en Ceuta la práctica totalidad de sus resultados económicos.
Ni en el país vecino, ni en la Península. Menos cantantes de fados, menos tenores de la españolidad de Ceuta, y más inversores. Seguro que si alguien se anima, no le tocan ni un pelo, así sea calvo.
Es un problema del nivel o grado de isla Perejil, tan bonita.
La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas






















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.113