La tensión y el clima de 'bronca' se acrecenta cada día más contra España en un Marruecos que responde al unísono (gobierno y oposición en la cámara de representantes) con ácidas críticas por el acogimiento que se produce en un hospital de Logroño al presidente de la República Árabe Saharui Democrática y secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali quien con 74 años afronta una severa enfermedad acrecentada por el Covid.

Ghali llegó a España, al parecer con un pasaporte con otra identidad, en un vuelo preparado y que contaría con respaldo -se denuncia- de Argelia y del propio gobierno saharaui. Fueron los servicios secretos marroquíes desplegados en España los que dieron la voz de alerta. La respuesta del país alauí que llamó a consultas al embajador español no se hizo esperar. Dos comunicados avisaban a España de consecuencias.

España aún no ha respondido, ni ha dado explicaciones, más allá de que Ghali está siendo asistido por "razones humanitarias", lo que sigue sin convencer en Marruecos.

Este lunes la Cámara de Representantes, esa suerte de parlamento marroquí, que iba a tratar asuntos de otra naturaleza relacionada con Asuntos Sociales (ante la gravísiva situación económica y social que afecta a millones de marroquíes, sin salida y condenados a la emigración irregular hacia Europa) derivó en, una tras otra, críticas y azuzamiento de todos los partidos políticos contra España. Así tanto el PJD, como el PAM, el RNI, el Istiglal, o el Movimiento Popular, arremetieron duramente, con gruesas palabras como "actitud provocadora...atentado a la buena vecindad... ingratitud...o de acto criminal inadmisible".

El ambiente político marroquí vivido este lunes da respaldo a cualquier acción que Marruecos adopte contra España en el inmediato futuro. La economía entre ambos países, el control de la inmigración, Ceuta y Melilla pueden ser movimientos a tener en cuenta si España no se aviene a una explicación, o incluso, que se reconozca la marroquinidad del Sáhara.

Marruecos ha abierto frentes diplomáticos además de con España, con Alemania, por supuesto con Argelia y en estos momentos, se encuentra con cierta perplejidad ante el frenazo de EEUU con la administración Biden que no es tan laxa como lo fue la anterior en el asunto sobre el Sáhara.