Las similitudes y paralelismos entre los dos partidos teóricamente antagónicos es más real que ficticia a simulada. Ambos viven de la política sin los ciudadanos (es decir, de espaldas a ellos), ambas formaciones  están sobredimensionadas para colocar a su cachorros, tanto "peperos" como "socialistos" tienen políticos ejerciendo sin experiencia profesional (la mayoría de ellos con años perdidos de "palmeros" en las juventudes). Sólo hay que recurrir  a la vida laboral de muchísimos de ellos y es la penosa penosa demostración de su inexistente bagaje. He conocido a gente sin oficio y buscando beneficio económico que decían: "Yo soy hombre o mujer de partido". Un gran salvoconducto, la tarjeta de presentación para la colocación digital (a dedo, que no tecnológica) . Ahí van: a buscarse un sustento a base de "pelotear" y prestarse a todo bajo ese señuelo engañoso de la mal llamada "disciplina de partido", para camuflar la indignidad del sometimiento y lo miserable de la aceptación de comportamientos indeseables.

Tanto PP como PSOE prefieren pactar con nacionalistas (el PP recuérdese que lo hizo con PNV y CiU) para conservar sus poltronas en vez de proteger la igualdad. Y en algunos casos como en Ceuta, ambos pactan para que los sillones de ellos y toda su ralea de colocaciones a la sombra del poder, no les linchen si los mandan al paro. Y en una cabriola inverosímil nos hacen creer que es el tributo a la "gobernabilidad" ( o sea, cuando en realidad sería su "mamandurría") o por preservar el bien general (de todos ellos, claro, no de los más desfavorecidos que continúan sin variar su estatus). Y todo, pese al discurso machacón, reiterativo, de esos partidos que dicen defender a los más vulnerables y, cuyo nivel de "exigencia" se queda en mera palabrería: MDyC y Caballas.

De esta ceremonia de la confusión por acción u omisión participan todos en una vorágine inconcebible: ahí tienes al MDyC y Caballas complacientes sin solucionar las miserias de los que malviven pese a su repetitivo discurso hueco de soluciones (su potencial electorado al que desatienden con desdén), a ese PSOE que de "obrero" tiene sólo la sigla porque buscan solo colocar familiares y amigos, o a ese PP reconociendo que se van a su casa si no perturban las conciencias de sus electores y les hacen un pacto antinatural con una trágala nada sorprendente por sus carencias en valores y principios éticos.

Con esta hoja de servicios y sin credibilidad alguna, todavía tendrán la desfachatez de pedir el voto en próximos comicios prometiendo lo que no cumplen y moviendo sus posaderas en barriadas y en el "puerta a puerta" por mantener el puesto/los puestos que les dan de comer y vivir.

No nos olvidamos de los satétiles que rodean al poder: aquéllos que buscan comisiones, subvenciones, prebendas, en definitiva, con el dinero público y que les mantienen sus privilegios y chiringuitos ideológicos. En caso contrario, ahí está el chantaje, la extorsión, de esos poderes fácticos de vía estrecha (cuyos nombres y apellidos todos conocen en este pueblo porque siempre son los mismos chupópteros), en una escena política que más parece el María Guerrero de la vida pública que un ejercicio de servicio a la colectividad.

Estos partidos corruptos PP= PSOE, tanto monta, monta tanto, esparcen sus basuras en vez de romper con ellas sin limpiar sus casas, sin escrúpulos en ninguno de ambos casos, aunque los socialistas los muestran bien a las claras pero el PP lo intenta disimular, porque en su papel de "bien queda", llevan la falta de principios al límite por no existir en su diccionario de valores.

Y si no, que se lo pregunten a todo un ministro de Transportes como José Luis Ábalos, negociador donde los haya, ( con todas las artes que pueda utilizar), igual en una moción de censura en Murcia que en una reunión de "alto" nivel en la barriada de El Príncipe, cuando desapareció hora y media de aquélla convocatoria de prensa en el Hotel Ulises y no se dio ninguna explicación de ese "apagón"  informativo. Un cónclave donde, al decir de algunos asistentes, había personajes que muy bien podrían haber intervenido en la trama de la serie "El Príncipe" cuyo argumento es bien conocido, solo que Ábalos no es José Coronado, precisamente y máxime tras su encuentro en el aeropuerto de Barajas con la dirigente chavista Delcy Rodríguez en aquélla madrugada del 20 de enero de 2020 en esa escala de 14 horas con "encuentro casual"que superó la barrera del conflicto político y pasó al espacio de causas judiciales que quedarían en nada. ¿Para eso quieren PP y PSOE el pacto del CGPJ? No le importó a Ábalos reunirse con una de las 25 dirigentes del Gobierno de Venezuela sancionadas por la UE. Pues poco le iba a importar reunirse en El Príncipe con quienes lo hizo, donde encima de las mesas no había móviles precisamente sino algo mucho más peligroso.

Claro que al hablar de esta populosa barriada no nos podemos olvidar de Adil Mohamed, el exsenador socialista procedente del PP (otra similitud más de rojos y azules), quien en tiempos de Pedro Gordillo se movía por la sede entonces de Real 90 y ahora lo hizo por Daoiz. La sede del PSOE en El Príncipe fue la misma del PP cuando Adil pertenecía a este partido. O sea, PP y PSOE comparten sede. Un ejemplo más de que ambos son iguales. Valen para lo mismo y se echan en manos de los mismos. Adil Mohamed unió a PP y PSOE. Menudo sarcasmo. En este esperpento, donde cada uno "vende" lo que mejor rentabiliza, ha pasado de senador a asesor de la denominada en Pleno "Okupa", sin solución de continuidad.

El problema de PP y PSOE es que tiene una obsesión perversa y enfermiza por VOX (¿ lo llamamos Voxfobia o esto no merece este calificativo?) y esconden sus truculentas mentiras y conductas en un escenario estrambótico, cada vez más previsible.

Con este conglomerado de similitudes se explica el "movidón" del 28 de febrero que algún medio digital local ha recordado con entusiasmo progre, ocultando eso sí, cómo se gestó, quienes lo gestaron, donde se reunieron, que gente trajeron de Marruecos y que pretensiones buscaban, estimulados por algún infiltrado extraño a la causa objetiva y grabando la manifestación que, de manera artificial, se habían fabricado para ir contra VOX y esa gran "amenaza" que suponía quebrantar la convivencia como argumento.

Todo eran fuegos de artificio. Se busca la confrontación de manera intencionada desde la provocación. Se utiliza a quienes se les dejan desamparados ( recuérdese las agresiones que sufrió algún socialista tras las elecciones por esas falsas promesas de colocaciones en el Plan de Empleo) o ese amago sin dar identidades de Fátima Hamed de MDyC cuando en uno de los últimos Plenos dijo que "habían un partido que pedía fotocopias del DNI para colocar en el Plan de Empleo"  a votantes. De esos polvos vienen estos lodos agresivos y provocados por el engaño. Por no hablar de esos sobres con dinero que muchos dirigentes políticos han visto y no se han atrevido a denunciar. Procedentes siempre de la misma formación política que intenta adulterar en las urnas lo que no es capaz de lograr en buena lid.

¿No se atenta a la convivencia con el "Kale borroka" o los pistoleros de El Príncipe?¿Los actos de violencia callejera no suponen ningún problema?¿Y los silencios cómplices de la barriada afectada, donde está la colaboración ciudadana cuando, hasta en los juicios se produce la "amnesia" de los testigos? Los "movimientos" organizados, promovidos, "fabricados" para chantajear y obtener subvenciones ¿ no son una forma fáctica de alterar la convivencia? Cuando se entra en esta dinámica, tanto por el que cede como por parte de quien presiona, se produce una tensión con consecuencias imprevisibles y ninguna buena.

"Yo no quiero concentraciones en la puerta del ayuntamiento. A mí me las quitas", alguien ha escuchado a Juan Vivas dirigiéndose a Mohamed Alí. Ese temor a la afrenta pública con carácter pseudoreivindicativo, es el punto débil de un presidente de la Ciudad melífluo y donde, "les han pillado el pan bajo el brazo", como vulgarmente se conoce a este comportamiento debilitado por los temores.

Con tan putrefacta política no puede extrañar a Pablo Casado que Ciudadanos buscara al PSOE como aliado de gobierno en Murcia, cuando aquí, su partido, ha hecho otro tanto: echarse en manos del PSOE para sustentar la poltrona de Juan Vivas y los suyos porque si no, tendrían que irse a sus casas. Recuérdese que los compañeros de viaje en las alianzas y pactos, se eligen por uno mismo y vienen impuestos por la ambición de poder y el deseo de no soltarse del mismo. Quien no esté al tanto del filibusterismo político o es ingenuo o es cínico. Con estos postulados al uso, la indignidad campa a sus anchas, la traición política es la moneda de cambio y todo queda en algo muy sencillo de entender: los votantes del PP lo han hecho para el PSOE y viceversa, los votantes socialistas, han visto utilizado su voto para aguantar a la derecha (como dicen ellos) en el poder. No es un juego de cromos (votos); es algo más grave: es utilizar cual cheque en blanco la voluntad electoral del ciudadano, retorcer a conveniencia una decisión del votante en las urnas para ejercer el sufragio de mercado persa (compro, vendo, cambio), el derecho constitucional de depositar el voto para que, en un ejercicio de inmoralidad fraudulenta de la voluntad popular otros (PP= PSOE) nos tomen el pelo. Y ponga precio indigno a mantener sus poltronas, pese a quien pese y cueste lo que cueste. Estos impresentables de la política  creen que todo el monte es orégano y que nuestra voluntad es de su propiedad. Y en ese ejercicio de impudicia nos manipulan sin rubor ni escrúpulos. Se trata de la mayor perversión del sistema democrático llevada a límites de máxima inmoralidad.

Por todo eso, Casadao y Ábalos han escenificado en Murcia un desencuentro (por la moción de censura de uno y el pacto reactivado por el otro), que es el arte de Talía llevado a la política. Ya conocen el refrán: Dios los cría y ellos se juntan. Lo dicho: PP= PSOE.