Dolores Parrales Moreno, "la Parrala", fue una cantaora de flamenco española que destacó como una de las intérpretes más significativas de los cafés cantantes. Esta cantaora de leyenda tuvo una azarosa vida, que Carlos Cano plasmó en la letra de una de sus canciones: "Que sí, que sí, que a la Parrala le gusta el vino; que no, que no, ni el aguardiente ni el marrasquino; que sí, que si, que si no bebe no puede cantá; que no, que no, que solo bebe para olvidar". Y este sentimiento contradictorio, llevado a la política actual encuentra a nivel nacional a Pedro Sánchez y a nivel local a Manuel Hernández, como sus más vivos exponentes del famoso, "donde dije digo, digo Diego".
Así, el "prócer" de la Moncloa prometió en campaña electoral que no pactaría ni con independentistas ni con Podemos, enfatizando en este último caso que Pablo Iglesias le produciría insomnio porque no le dejaría dormir tranquilo. Su socio en Ceuta, Manuel Hernández, tras acusar a Juan Vivas de estar amortizado a nivel político además de carecer de proyecto y llamarlo traidor (por pactar con Vox), él si pacta con él, se desdice sin rubor y, como la Parrala, dice "ahora no, ahora sí".
Otro tanto sucedió con Pedro Sánchez, negacionista de la pandemia que se avecinaba y a través de su portavoz epidemiológico, Fernando Simón, manifestaban que en España se daría algún caso aislado. Una nimiedad que ya nos lleva por unos cien mil muertos, y cuya cuantía oculta el Gobierno sin ningún escrúpulo.
El émulo de Sánchez en Ceuta, el ínclito Hernández Peinado, sin despeinarse, por cierto, guarda un silencio sepulcral durante el Estado de Alarma (ni estaba ni se le esperaba) y cuando llega la cogobernanza y el Ministerio de Sanidad traslada a Juan Vivas la responsabilidad de los "decretos" sanitarios para evitar contagios, salta en una Junta de Portavoces y le espeta al melífluo líder "pepero" ceutí: "A partir de ahora, los muertos son tuyos". ¿Y los muertos que precedieron a la toma del mando por la Presidencia de la Ciudad, de quién o quiénes eran? Lo dicho: antes no, ahora sí. "Parraleo" puro y duro.
No acaban ahí los desatinos y contradicciones. Desde Delegación del Gobierno y el propio Manuel Hernández "venden" que estos Presupuestos Generales del Estado son los más beneficiosos para Ceuta de toda la historia democrática (contando, claro, con el dinero prestado por la UE para la reactivación económica de los países miembros) y acabamos de conocer el "adiós a los billetes gratis en barco para militares residentes en Ceuta y rebaja para las bonificaciones de las familias numerosas residentes en nuestra ciudad. Ni una excusa, justificación o algo que se le parezca ni de Ory ni de Hernández. Otra vez, la Parrala: que sí, que no.
El marketing de Moncloa ha divulgado su estrategia de ayudas bajo el lema "para que nadie se quede atrás". Será "nadie" de los suyos (chiringuitos de medios digitales ceutíes afines al Régimen socialcomunista y asociaciones similares, en el caso de Ceuta), porque la calle Real da miedo de ver tanto cartel de cierre y de locales que se alquilan por cese de la actividad anterior. Sin hablar en el retraso de abonar los ERTES o las ayudas de ese maná económico del Ingreso Minimo Vital, una fórmula socialcomunista para repartir migajas y aumentar las colas del hambre. Aquí en Ceuta, el PSOE reparte ayudas con las bolsas sobrantes de la campaña electoral para que nadie se olvide de quien atiende la miseria.Y encima se hizo la foto para un nefasto recuerdo.
En ese presupuesto inclusivo que nos han querido vender ("que nadie se quede atrás"), el PSOE siempre protege a sus amigos y afines ideológicos. Y está tan corrompido el sistema y quienes utilizan la demagogia y manipulación como el PSOE (que lo hace con destreza y esa habilidad que da la experiencia), siembra la discordia con la cortina de humo de la 'Voxfobia' señalando a Vox como enemigo de la convivencia y presunto causante de una fractura social que ellos mismos alimentan con las desigualdades sociales (planteamiento que secunda con inusitada torpeza el "pepero" Rontomé), callan y nada dicen (con la Inspección de Trabajo a disposición de la delegada del Gobierno), sobre las muertes en accidente laboral de trabajadores transfronterizos sin asegurar. Ahora eso sí, se muestran preocupados por el cierre de la frontera. ¿A los "socialistos" no les preocupa el drama familiar de quienes tienen una pérdida de ese calibre? Otra vez la Parrala: que sí, que no.
Y el culmen de la obscenidad política lo alcanza Mohamed Ali en la Asamblea de la Ciudad, todo un ilustre imputado por la Fiscalía: con una petición de diez años de inhabilitación por un delito de prevaricación continuada y 5 años de petición de condena por pertenecía a organización criminal con solicitud de cárcel, incluida. Una demoledora petición que no impide que, con tal falta de autoridad moral para ejercer la crítica política, Mohamed Alí no solo no deje el escaño, y encima protagonice el sarcasmo de exigir responsabilidades a diestro y siniestro, él que tendría que estar en su casa si tuviera vergüenza y sigue en el escaño (amparado en que así lo decidieron en su partido, tan crítico, por cierto, en otros casos), sino que ni PP ni PSOE (compañeros de pacto de Gobierno), ni se inmutan, miran para otro lado y soportan cínicamente ese peso inmoral en la institución, donde por cierto, su vicepresidenta primera, la socialista Cristina Pérez, también lleva un proceso judicial a sus espaldas por "Okupa" de una vivienda pública. Con este panorama de inmoralidad manifiesta lo que prevalece es la impudicia institucional de dos partidos manchados por la corrupción, como PP y PSOE que se tapan mutuamente sus vergüenzas, derivando el punto de mira a Vox. ¿Cabe mayor cinismo, hipocresía e inmoralidad?
Y que Mohamed Ali sea el azote crítico, con un juicio a la vista que pudiera llevarlo a la cárcel, es el mundo al revés: los pájaros disparándole a las escopetas, con la anuencia de PP y PSOE que lo firman todo: pacto anticorrupción, antitransfuguismo y por la transparencia. Así nos va: ni luchan contra la corrupción, ni contra los transfugas (con dos ejemplos claros en los escaños de la Asamblea), ni quieren transparencia porque se los llevaría por delante.
Si al PP se le pregunta por el "caso Mohamed Ali" alude a la presunción de inocencia, tolerancia que no tuvieron para sus exconsejeras, Rabea Mohamed y Susana Román a las que "obligaron" a dejar la política como sucedió con Javier Guerrero al que "señaló" Mohamed Alí -ese presunto delincuente pendiente de juicio- que exigió lo que él no hace: dimitir y dejar el escaño. Este es el cinismo que ejerce Juan Vivas igualito al PSOE. Así se explica el pacto del escarnio moral.
La Parrala, ahora sí, ahora no, se les queda pequeña. En cuestión de incumplimientos y contradicciones, el viejo profesor Enrique Tierno Galván, ya dijo en su día que "los programas electorales están para no cumplirlos", algo que Pedro Sánchez ha llevado al pie de la letra, aunque para mí, el mejor referente de la coherencia y decencia política ha sido Julio Ánguita que decía machaconamente "programa, programa y programa". Por eso no se llevó bien con Felipe González. La coherencia de un político intachable y sin mácula no se compagina con el señor X. Ahora bien, Pedro Sánchez está rompiendo todos los registros en falta de coherencia y credibilidad al igual de Manuel Hernández que, esta vez sí, se va a llevar por delante a Juan Vivas y al PP de Ceuta. Se recoge lo mismo que se siembra. Tiempo al tiempo. Y esos socialistas que hablaban con desdén del PP como "la derecha" y se la están comiendo con patatas...y con pacto "made in Manuel Hernández". ¡A callar que es tanto como decir a tragar!
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