Son muchas las trabas e impedimentos con los que se ha encontrado la empresa de transportes Hélity, desde que asumiera el servicio de helicópteros en junio de 2017. Una empresa que llegó devolviéndole la esperanza a los ceutíes, que habían visto como en marzo de 2012 la antigua operadora, INAER, dejó de conectar Ceuta con la península, tras ser adquirida por una sociedad de capital/riesgo británica, la cual eliminó los vuelos civiles con pasajeros. Una decisión que dejaba a Ceuta desconectada por vía aérea, casi de la noche a la mañana.

Fueron muchas las gestiones que entonces tuvo que hacer el entonces delegado del Gobierno, el desaparecido Francisco Antonio González Pérez, para lograr el retorno de la línea aérea. Su apuesta fue Hélity, que trajo un servicio de muy buenas condiciones a la ciudad tras la iniciativa personal y emprededora del empresario cordobés afincado en Ceuta, Antonio Barranco. En agradecimiento al difunto delegado, la compañía quiso que el primer helicóptero en la línea llevara en su morro el nombre del ex delegado del Gobierno.

Algunas de estas trabas a las que la nueva empresa tuvo que enfrentarse versaban sobre aspectos como que nadie se había preocupado hasta el momento de la puesta en servicio de los depósitos de combustible. Hélity los saneó y puso en servicio a través de una empresa de ingeniería y carburante, dotando al helipuerto de un equipo de bombeo homologado que permite dar servicio al helicóptero sanitario y a los de las Fuerzas de Seguridad.

La reforma de la ley de tasas, para abonar la de aterrizaje por el peso real de la aeronave y no por el mínimo establecido asimilado a un avión fue otra de las trabas a las que tuvo que enfrentarse la empresa. Pese a ello lograron muchos de los objetivos que se plantearon, como: la dotación en el Puerto y helipuerto de un servicio de cetrería para evitar impactos de aves; la inminente dotación de estación meteorológica en Ceuta; o el acuerdo con el Ingesa para transportar enfermos de cáncer, asumiendo Hélity el coste del transporte, liquidándolo con el Ingesa a mes vencido.

Además ejercieron una importante presión para conseguir la bonificación del 75 % a los pasajeros residentes. Asimismo, amplió el horario de apertura operativa de Ceuta y Algeciras hasta las 22.10 horas, al objeto de poder llegar a tiempo después de recoger en Málaga a los pasajeros procedentes del último vuelo desde Madrid, Barcelona o Bilbao.

A todo ello hay que sumar que gracias a la empresa, que realiza entre 14 y 18 vuelos diarios (entre 6 y 8 a Málaga, ida y vuelta), y entre 8 y 10 a Algeciras, se mantienen 48 puestos de trabajo directos, de los que 38 y los más cualificados están en Ceuta, así como entre 20 y 25, indirectos (auxiliares de mantenimiento, suministro, limpiezas, seguros, personal sanitario...)

Sin embargo mantenerse en Ceuta no es barato y el coste anual respecto de los trabajadores directos asciende a más de 2.100.000 euros y el de los empleos indirectos más de 400.000 euros- Sólo en combustible se llega a alcanzar los 735.000 euros, más unos 3.600.000 en mantenimiento aeronaves.

INAER según ha podido saber Ceuta Ahora, quería regresar ahora, revestida con el nombre de HELIEST, con vuelos desde Málaga a Ceuta. Sin embargo, anunciado su inicio de operaciones, la pandemia fue la excusa para cancelar esos planes. Una pandemia que no paralizó a Hélity, pese a la limitación expresa de movilidad, lo que ha demostrado el compromiso de Hélity con Ceuta y los ceutíes.