La democracia vale según quieran unos u otros. Los políticos de esta generación asumen que son los adalides de `su` democracia. Se imponen las reglas de unos frente a otros, se atribuyen capacidades democráticas o no en función de sus intereses partidistas… Es la mayor teatralización de la confusión jamás conocida. Ni España, ni los españoles nos merecemos actores políticos así.

Eso en general, pero aquí en Ceuta también se juega a lo mismo. Los ceutíes somos tontos y eso debe ser así por el nivel de representación política que emanaron de las urnas. Eso sería una explicación, si atendemos a que la categoría de los representantes actuales deja mucho que desear.

Aquí, el último episodio político, el de este viernes con el Pleno de Control al Gobierno, deja a las claras que a veces, el comportamiento de quienes deben dar ejemplo de altura de miras, es el mismo que el de esos niños que en el patio de colegio se enfadan porque no le dejan el balón, o el de aquellos que pierden al parchís y antes de acabar la partida tiran las fichas del tablero.

Es penoso comprobar que son éstos los que nos representan. Una vergüenza máxima. Y no hay nada que hacer hasta que haya elecciones. Aún quedan, al menos, dos años para seguir viendo y oyendo a semejantes actores llamados políticos. Un insulto a la Política y a la inteligencia de los ceutíes.