Al mecío del poniente y del levante diciendo por cada instante yo soy Ceuta.

Con el Monte Hacho que ilumina un faro al norte al este o al sur, los mares que la coquetean y como no el Mediterráneo.

La que es a la vez una isla y una península por nombre Almina. La Tingitana, la que está en la orilla africana que se llama Ceuta.

Y allá en lo alfo del Foso se encuentra tan bella y tan morena la Bandera de España.

A la orilla de la vera mía se quedan esas cositas nuestras donde te lleno tus entrañas y te cubro en tus escolleras al rumor de las olas, con la pasión entre las pasiones, murmurando la locura entrelazada entre charranes y mojarras.

Como manda la historia  tenemos, por tanto, los tres títulos que con plena legitimidad y lógico orgullo ostenta este trozo de España, todos ellos otorgados por el Rey D. Felipe IV en el siglo XVII: la Noble, Leal y Fidelísima Ciudad de Ceuta.

Ceuta hoy es tu día.

La Tingitana, la que está en la orilla africana, la que une dos continentes, la bella desconocida, la que un día Quinín la bautizó como la Ceuta del Alma.

La que tiene por nombre Almina, la que se contonea con el Mediterráneo, la que está por encima del mar.

La que tiene a su Patrona la Virgen de Africa como la Alcaldesa, Capitana y Generala.

Al mecío del poniente va diciendo por cada instante cuando le ruge el levante...

Soy Ceuta en tierra africana, soberana y española.