Análisis
Ceuta afronta uno de los mayores retos de su historia y sin altura política
La crisis económica y la falta de un modelo decidido converge con hostilidades permanentes en la Asamblea que repercuten en la sociedad

Que Ceuta, los ceutíes, su futuro y el interés general debería ser el principal objetivo de la clalse política tendría que ser el axioma permanente, pero no lo es.
Con un vecino país decidido, ante el silente Gobierno de la Nación en Madrid, de mermar y pasar su factura reivindicativa histórica sobre Ceuta y Melilla, aprovechando ahora que cree Marruecos que la población es en su mayoría social marroquí (así nombran ellos a los residentes musulmanes ceutíes y melillenses... los demás son 'españoles'). También, no se olvide aquí, que Marruecos dispone de resortes incrustados capaces de desestabilizar internamente a las dos ciudades... Con una crisis galopante agravado por el Covid19, con las empresas establecidas en la ciudad tocadas y casi hundidas, y con la única seguridad -hasta el momento- de que el sector público está soportando el golpe para mantener -en la UCI- la economía interna ceutí, los representantes políticos andan permanentemente a la gresca mirando a sus propios ortos.
No ha habido un plan estratégico para anticiparse al torpedo profundo lanzado por Marruecos que desde el mes de octubre del 19 decidió acabar con el porteo (pegándose un tiro en el pie, si, pero dejando muy tocado a Ceuta). Para ello, contar con Madrid -su actual Gobierno- incapaz de enfrentar por orgullo determinados retos o afrentas, era necesario. Marrruecos sabe sacar tajada de la temperatura política española, se prepara y acciona sin prisas su estrategia cuando el momento lo requiere, y desde que el tamdem 'Picapiedra' domina en Moncloa...
Aquí en Ceuta, el Gobierno local no ha formado la costra -tiempo han tenido- para afrontar estos tiempos en que Marruecos se ha convertido en enemigo económico y social del asumido mercadeo fronterizo que colapsó en numerosas ocasiones el entorno del Tarajal y barriadas periféricas. Lo que no supo hacer España por dignidad mientras se hacía caja, lo hizo Marruecos dando por buena la excusa precisamente de la dignidad de sus ciudadanos porteadores (es lo que venden pese a que cuentan desde ese momento con una grave problema social en su norte), pero que ocultaba el verdadero interés... golpear las economías de Ceuta y Melilla y convertirlas en un problema para España. Esa es su estrategia.
Pero en Ceuta no ha habido reacción en años, pero ahora, cuando el lobo de veras se acerca al ganado, y la fábula tiene visos de hacerse realidad, la clase política no se pone de acuerdo en lo fundamental y se ve inmersa en peleas y desencuentros que imposibilitan una acción coordinada y conjunta para afrontar verdaderamente el reto al que la ciudad y los ceutíes se enfrentan. Con un PP ahora tratando de hacer lo no hecho en años, con un PSOE local echado al monte (inmerso en crisis soterrada interna), con un VOX recordando permanentemente las históricas equivocaciones de los populares, con un MDyC venido arriba tras superar a Caballas, de donde emanó, y con un Caballas agónico por intentar no perder representantividad ante su sector social antaño más potente, la atrmósfera en Ceuta es irrespirable y facilita, de hecho, las aspiraciones marroquíes que ven, desde su sofá palaciego y con pipas, frontándose las manos, cómo se navajean en Ceuta.
Ceuta está ante uno de los mayores retos de su historia, y la clase política no parece enterarse.




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