Diez años ya de aquel momento en que rugió el Centauro y como un ciclón se paseó por el hangar donde descansan como guerreros los Pizarro y los  Leopard.

Este marinero que zarpó dolido a la mar hace un tiempo, pero como el mar lo cura todo y no se queda con nada que no quiera tener en sus entrañas, volvió a cabalgar a lomos del intrépido corcel y una vez más recorriendo las calles de esta Ceuta que lucha con lo que le sale del fondo del alma, cual sería mi historia marinero poeta que suspira por la infantería se sintiera como un dragón que es el soldado que lo mismo hace un servicio a pie o a lomos de un corcel cual fiel juramento de glorias y guerras guardadas en los pliegues el Estandarte de Caballería.

Somos tercos somos fieros habiendo cumplido ya 314 años voy suspirando a lomos del intrépido corcel con la tristeza y llevando en mi alma la pena escondida llevo en las alforjas un Guión del II Tercio, una Skara de mis Regulares y sal en las crines de haber surcado un ancho mar con la Virgen del Carmen y aguantando el genio llevo en mi mano una Cruz de Montesa flordelisada en crespones negros por los que estuvieron una vez sirviendo a España en todos los regimientos que la Patria fue pariendo.

Escuadrones que albergan tantas historias de guerras, campañas, combates y guarniciones,  traslados, reorganizaciones y adaptaciones a las necesidades, todos vamos a salir adelante realizando coberturas en cada misión al galope del sacrificio haya que realizar encuadrados en la Operación Balmis al igual que el caballo que por bueno que sea necesita un toque más o menos sutil de espuelas.

A los jinetes del Montesa, uno de los más gloriosos regimientos del Ejército, bajo su estandarte y con su lema  "Con este signo vencerás”, tiene el poeta unas letras para la musa que representa los valores de la Caballería, arrojo, acometividad, audacia, valor, abnegación y espíritu de sacrificio, iniciativa y alegría mi amada Loli García Miranda.

Y como me dijo ella al regreso de cada jornada mientras rechinaban las cadenas que soportaban orugas los Pizarro y Leopard, “rugían como leones".

Yo depositaba en su lugar al corcel intrépido llamado Centauro con una promesa: Querida Loli, "Que perdure siempre la Gloria del Montesa".