Política / Análisis
El PP ceutí sufre los peores embates en décadas, atacado por todos los flancos
Dunia Mohamed y Yamal Driss son ahora los focos de atención de las hordas que pretenden romper el Gobierno para asaltar el Palacio Consistorial

Whatssapp, audios en móviles, presión en la calle tanto directa como indirecta. A ellos mismos (Dunia Mohamed y Yamal Driss) o a sus entornos familiares. Todo vale para validar el pretendido asalto al Palacio Consistorial no alcanzado en las urnas. Lo vienen padeciendo estos dos miembros del PP desde hace semanas y se ha acrecentado en los últimos días.
El primer acto del bodevil político de bajura lo iniciaron Chema y Maricarmen que, iluminados, dejaron a los miles de ceutíes votantes de VOX (que no de Chema y de Maricarmen) con un palmo de narices yéndose a los brazos de una oposición de izquierdas en un ánimo visceral de vendetta personal y abrazando a los otrora enemigos.
Este acto, continuación del alejamiento del PP con el PSOE que, antinatura, se mantuvo al inicio, contribuyó a cierta desestabilización intencionada pero sin éxito. Las turbulencias han continuado. Las posiciones políticas de la oposición, radicalizadas, cuentan ahora con el apoyo editorial de medios que siempre fueron ciertamente afines con la izquierda política de la ciudad, sobre todo ahora que, tras años y años de políticas de comunicación con riego económico, han visto alterado sus proyecciones económicas merced al cambio de criterio en el 'reparto' de la llamada publicidad institucional. El cócktel explosivo está servido.
"A VOX ni una". No se le pasa ni una, y ese es el problema de Juan Vivas que tomando posturas de coherencia filosófica con los principios propios e inherentes del PP, en el momento en que ha enarbolado cierta coherencia propia del discurso Popular, se le achaca un giro a la derecha cuando en realidad esos mismos principios son los que no debería haber abandonado nunca porque, entre otras cuestiones, son los que le valieron sucesivas mayorías absolutas años atrás. Mayoría popular en las urnas que fue dilapidando con su inesperado giro socialdemócrata en la última década.
Vivas sabe que cuenta con la suma de VOX para dar estabilidad a su proyecto de Gobierno, pero sabe que las líneas rojas de regadío de dinero a diestro y siniestro no deben cruzarse ya. Y ese es parte del problema. Y parte motivador del ataque permanente a los flancos del actual Gobierno, que ahora se ceba con dos de los suyos, musulmanes, que, aunque con ADN del PP, están siendo acosados, azuzados por la bandera de la religión y de la convivencia entendida a su manera, aprovechando medidas como la no cobertura a la Fiesta del Sacrificio y eludiendo a sabiendas el razonamiento racional y lógico de la actual situación sanitaria del Covid19.
Pero el todo vale se ha impuesto, la batalla no sólo está servida, ya se está produciendo. Lo que no cuadra es que ante este acoso el Partido Popular, con su secretaria general y su presidente a la cabeza no hayan acudido a Fiscalía o a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado porque además de ese abrumador "y despiadado", como señaló el portavoz Gaitán, acoso, hablan -los rumores- de compras de voluntades.
El río político anda revuelto, a algunos le conviene que esté así, incluso al PSOE ceutí, aunque seguro que no tanto al PSOE de la Delegación del Gobierno (ellos tienen también sus cuitas). Pero también les conviene a formaciones como Caballas y MDyC. Alguien debería activar la coherencia dado los tiempos en los que Ceuta y los ceutíes viven azotados por la crisis económica y amplificada por un Covi19 que aun no se ha ido.
La ciudadanía y el interés general debería ser suficientes motivos para que todos, izquierdas, centro y derechas se centraran verdaderamente en lo importante y, los interesados en la desestabilización, dejaran los asaltos al Palacio cuando en democracia están establecidos, por el camino de las urnas y con el respaldo de los votantes.
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