El rostro del consejero de Sanidad, Javier Guerrero, se nos ha hecho aún más familiar durante esta crisis del COVID-19. Lo hemos ido conocido más a través de las constantes comparecencias que ha ido ofreciendo a lo largo de estas largas semanas de pandemia. Lo hemos visto a veces cansado, en numerosas ocasiones, preocupado; pero siempre dispuesto, entregado.

Su edad y sus problemas sanitarios lo convertían en un perfil de riesgo ante el COVID-19, pero él no se ha sentado a esperar; ha estado al pie del cañón, como suele decirse, día tras días, comprometido con su cargo y su vocación de servicio hasta el último día. Y en ello continúa.

Reprime con tesón y con seguridad pero con ese paternalismo bien entendido de que sabemos que lo dice por nuestro bien, por la supervivencia de todos. Firme, concreto, inteligente.

Hoy, en RTVCE le han hecho una entrevista que sin dejar de tocar los aspectos sanitarios que preocupan a todos los ceutíes, destapaba también un lado más sensible, más humano, de la persona. Dejaba entrever a ese hombre que se encuentra detrás del político, a ese profesional del área que se encuentra detrás del cargo de consejero.

En esta entrevista lo hemos visto como siempre, muy implicado con el trabajo que está realizando, valorando y agrediendo el trabajo de su equipo; de los sanitarios, de los ‘curritos’. Guerrero, emocionado, ha aplaudido el trabajo del personal de la Medicina, la Enfermería, los auxiliares, Salud Pública, Epidemiología, Urgencias y Primaria… Porque sabe, y así lo ha destacado, que son los que han estado jugándosela por la salud de todos, por la supervivencia de los ceutíes. “No son héroes, son víctimas que trabajan a menudo en situaciones muy precarias”, ha recordado el consejero.

También ha destacado el importante trabajo que están realizando los rastreadores, gracias al cual se han detectado los últimos casos, todos ellos aislados. De los últimos 8 nuevos casos, además, siete eran asintomáticos, ha explicado Guerrero. No ha querido entrar en de quién era la responsabilidad sobre el último caso polémico, en el que un hombre abandonó el hospital antes de conocer si era positivo en COVID-19 (que finalmente sí resultó serlo). Pero sin entrar en depurar responsabilidades, sí ha querido ponerlo como ejemplo de la “insensatez” y la “irresponsabilidad”. Y es que el consejero lo ha repetido hasta la saciedad, los ceutíes están comportándose y siendo responsables, asumiendo las medidas de seguridad, pero desde que unos pocos no las cumplan, ponen en riesgo a toda la población.

“Yo no sé cómo decirle a la gente que respete las normas y se cuide. Ya no por ellos sino por todos sus vecinos; yo no puedo poner un policía detrás de cada persona”, ha defendido Guerrero en un nuevo intento a la desesperada de que salgamos de esta. En ese sentido ha informado además de que se ha reunido con la Policía para aumentar la naturaleza y el importe de las denuncias.

Guerero no descarta volver a fases anteriores, pero espera y confía en que los ceutíes, como están ya haciendo una gran mayoría de ellos, sepamos estar a la altura. A la altura de los que como él, y como los sanitarios, y como tantos otros sectores, están trabajando y cuidándose por el bien de todos.