La continuidad de Madrid en Fase 0, constata la inquina del Gobierno hacia la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Desde hace unas semanas, es evidente que se ha creado una campaña de acoso y derribo contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la que todo vale: Criticarla por enviar mascarillas “demasiado buenas” a los madrileños; denunciar su estancia en un hotel del empresario Kike Sarasola a cambio de favores -gracias a un contrato filtrado de manera poco menos que sospechosa-, demostrándose a posteriori, que paga por dicha habitación 2.400 euros al mes; atacarla por defender el derecho de manifestación de los vecinos del Barrio de Salamanca, y un largo etcétera que convertiría este artículo de opinión en trilogía literaria.

Pero todo lo anteriormente relatado, no es más que una rastrera artimaña del Gobierno para desviar la atención de lo realmente importante, que es la nefasta gestión que están llevando a cabo en esta crisis del COVID-19, y para evadir la culpa y echar balones fuera (lo cual es una especialidad del Gobierno central), pretenden culpar a Isabel Díaz Ayuso de todos los males que se suceden en la capital de España.

Ya lo dijo Don Miguel de Cervantes Saavedra “¡Oh envidia, raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes!”. Y es que, la pataleta del Gobierno social-comunista contra la presidenta Ayuso, se resume a eso, envidia.

Y es que, Madrid despertó a España. Mientras Fernando Simón aseguraba que no iba a haber más que algún caso diagnosticado en todo el país, Ayuso, ordenaba el cierre de los centros de día para mayores, los colegios y los establecimientos de restauración.

Entretanto el Gobierno reafirmaba su ineptitud al comprar mascarillas y tests defectuosos, Madrid enviaba a las farmacias siete millones de mascarillas ffp2 modelo KN95 para repartir entre los ciudadanos de la Comunidad de Madrid.

Teniendo medio corazón madrileño, no puedo más que sentir tristeza y desagrado, al ver como el Gobierno central destruye Madrid únicamente a causa del rencor acumulado hacia la presidenta Ayuso; pero más triste aún, es que como toda persona con sentido común reconocería, lo próximo a la destrucción de Madrid, es la destrucción de España.

Pero todo en esta vida tiene un límite, y cuando no puedan seguir alargando este estado de excepción disfrazado de estado de alarma, todos saldremos a la calle a exigir responsabilidades y a pedir la verdad, y espero, que a corto o medio plazo, se sepa toda la verdad y salgan al descubierto todas las injusticias llevadas a cabo por este Gobierno, especialmente, en la Comunidad de Madrid, y que tanto está afectando económica y psicológicamente a sus ciudadanos.