Cae la noche en el Puerto de Ceuta. Cuando la oscuridad atisba la posibilidad de un mejor camuflaje, argelinos y menores no acompañados toman callejones y espacios de la zona portuaria. Campan a sus anchas, entran en oficinas, o lo intentan, o acceden al recinto interior para encaramarse a la propia estación marítima.

La imagen que nos aporta uno de los indignados ususarios del Puerto no deja lugar a duda. Sucedía en la noche de ayer pero ocurre cada noche, cada día. Acceden con total falta de escrúpulos a sabiendas de que no se podrá hacer nada con ellos. Conocen bien sus derechos, aunque se pise los derechos de los demás ciudadanos.

La Ley les protege, y la Administración gasta ingentes cantidades económicas para cumplir con ella. Pero los empresarios del Puerto, los trabajadores y los usuarios están diciendo "basta". "Todo no puede estar permitido y hay quienes son los responsables de su tutela". Eso por un lado, pero también preguntan por la acción de protección que el Puerto debe realizar en sus propias instalaciones. "Estamos dejados de la mano de Dios", cuentan desesperados, mientras ante la falta de medidas ya advierten de que piensan en "recoger e irnos".

"Ni la Autoridad Portuaria, ni la Ciudad Autónoma, ni la Delegación del Gobierno, nos están protegiendo", lamentan en tanto que deben soportar cada día la imagen de la impunidad en el Puerto.