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Ceuta Ahora
Lunes, 05 de Noviembre de 2018

No es tiempo de cobardes

 

El término inglés "burnout" hace referencia a una disfunción psicológica que parece suceder de forma más común, entre los trabajadores cuya labor se realiza en relación directa con la gente. Es la consecuencia de altos niveles de tensión en el trabajo, frustración personal e inadecuadas actitudes de enfrentamiento a las situaciones conflictivas. Supone un coste personal,  de organización y social importantes. Así lo explican los prestigiosos psicólogos Álvarez Gallego y Fernández Ríos en su reciente estudio sobre el síndrome que en español significa ‘estar quemado’.

 

La palabra "burnout" ha sido utilizada en el lenguaje anglosajón dentro de la jerga de los atletas o deportistas en general. Con esa palabra, cuya traducción al castellano significa "estar quemado", se trata de describir una situación en la que, en contra de las expectativas de la persona, ésta no lograba obtener los resultados esperados por más que se hubiera entrenado a fondo para conseguirlos.

 

Cuando se dice que un profesional está "quemado", se trata de reflejar el hecho de que una situación (laboral, familiar o social) le ha sobrepasado, agotando su capacidad de reacción de manera adaptiva. Es el final de un proceso continuado de tensión y estrés. Si bien esta experiencia negativa puede suceder en distintas esferas vitales, el término ha pasado a la investigación psicológica para reflejar una situación de desajuste entre el trabajador y el puesto que ocupa.

 

Muy similar es el concepto del tedio en el ámbito laboral. El profesional se vuelve apático, va sin ganas al puesto de trabajo y el día a día se convierte en una cárcel angustiosa en la que la frustración parece la salsa de su vida. En este punto se ha entrado en la terrible espiral del aburrimiento profesional. Lo peor, es que dicen que el aburrimiento profesional viene de repente y se percibe con evidencia en la falta de implicación, en el nulo interés y como consecuencia, se convierte en un serio obstáculo para el desarrollo de la labor de aquellos que dependen de la participación del ‘aburrido’.

 


Delincuentes, asaltantes y MENAs

Los últimos acontecimientos que se leen en prensa, en relación a los hechos delictivos que se sufre en Ceuta, pone en evidencia una laxitud preocupante en el quehacer del llamado Ministerio Público (eso parece), cuyo responsable Jefe de Área también lo es de Menores que debe velar por la total protección de este colectivo lo que constituye toda una autopista sin obstáculos para que la ciudad se inunde de acogidos (tiene para otro capítulo el cómo se pergeñó la asunción de competencias de esta área en Ceuta hace algunos años y las consecuencias que aquello tiene en la actualidad). ¿Están atados de pies y manos por la actual legislación?, puede que así sea, y la desidia por ello es mala compañera.

 

El Legislador también tiene su responsabilidad. ¿Es Ceuta igual que Cuenca?, no, claramente no. Las peculiaridades de este lugar y sus circunstancias en la geopolítica y la geoestrategia (como gusta de llamarla al mundillo neoanalista) la posicionan como un territorio de especial atención.

 

Ceuta es especial en fiscalidad, en términos de renta, en leyes propicias para su supuesta autofinanciación –nunca suficiente-… ¿Por qué no es igualmente especial para su mejor protección? (Leyes de Extranjería, del Registro Civil...) La defensa del territorio, su singularidad y su protección global por fronteriza, extrapeninsular entre otros argumentos de peso, deberían ser suficiente causa. Es el Estado, el Estado con todo su poder el que debería plantear su blindaje. Pero esto merecerá otro análisis más profundo.

 

Se da las circunstancias de que los implicados para policías y guardias civiles en hechos delictivos identificados, puestos a disposición y algunos de ellos, además, pillados por grabaciones son puestos en libertad (en el caso de los asaltantes del vallado ya están en libertad, ni si quiera se esperó al análisis de los teléfonos intervenidos, cuyo resultado pudiera ser clave). Un modo de echar por tierra la labor investigadora de las FCSE. ¿En qué lugar queda la supuesta coordinación entre Fiscalía y estas fuerzas y cuerpos?. Pero ¿y los jueces? ¿Son tan malos los policías y los guardias civiles en su labor investigadora y garantes de la seguridad pública?. ¿Quiénes son malos, policías y guardias… jueces y fiscales?

 

Si el Poder Legislativo y el Ejecutivo pueden estar sujeto a la crítica popular, ¿por qué no se puede o no se atreve nadie a criticar al Poder Judicial?. Hay jueces buenos, muy buenos, profesionales, muy profesionales… pero ¿son todos buenos o magníficos en lo suyo?. Respuesta, no.

 

Llevar tantos años en la misma plaza, en el mismo lugar –en el caso del Jefe de Área local del Ministerio Público- debe afectar (No es sólo por él, hay más puestos y responsables en sus mismas circunstancias ).No sé si por falta de motivación, de implicación, de tedio generado por ello o por ese ‘palabro’ anglosajón explicado al principio denominado ‘burnout’. Llama la atención que ni el Ministerio de Justicia, ni la Fiscalía General del Estado lleven tantos años sin mirar al sur.

 

La sociedad ceutí padece este grave problema. Echar balones afuera o contra el tejado de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, intentando hacer ver que no se hace bien el trabajo de aportación de pruebas, y poniendo en duda la profesionalidad de los mismos, implica que el delincuente o los delincuentes sigan campando a sus anchas y lo que es peor, que la sociedad entienda que la Justicia no hace honor a su nombre.

 

Cada cuál que se mire hacia adentro, analice su labor, y asuma, por responsabilidad, decisiones que contribuyan a ofrecer un mejor servicio público. Y si hay que pedir traslado, o ser trasladado por evidentes síntomas de agotamiento, que se pida o se tomen decisiones. Puestos tan delicados como jueces y fiscales no deben eternizarse en sus destinos, ni si quiera el de los responsables de la Policía y de la Guardia Civil, y mucho menos en lugares tan peculiares y singulares como este. Ceuta necesita de valentía, de mucha valentía. No es tiempo de cobardes no, no lo es.

 

La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas

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