Madrid y Rabat han llegado al acuerdo de abrir un corredor para ciudadanos europeos atrapados en Marruecos por la crisis del coronavirus. Los dos gobiernos han acordado el corredor de Ceuta como paso de fundamentalmente ciudadanos franceses, que a miles pasan gran parte del año en sus caravanas en el estado marroquí.

Lo que no ha contemplado Madrid, ni su departamento delegado en la Plaza de los Reyes, es cómo llegan de la frontera al puerto estos vehículos. Van sólos, a veces perdidos por la ciudad, buscando la estación marítima, sin el mínimo concurso de la Guardia Civil que pudiera encabezar convoys controlados. Se trata de una OPE en toda regla con Ceuta como testigo 'soportador'.

Madrid, que para quedar bien con Francia y con Rabat no ha sido capaz, aún, de obligar a Marruecos a que asuma la repatriación de los nacionales que se han quedado disemaninados en Ceuta y en Melilla. Sólo en Ceuta más de cien, sin contar los MENAs.

Paturientas ocultas

Además, es un hecho evidente, que los últimos partos de mujeres marroquíes en las últimas horas -varias- demuestran la existencia de viviendas ceutíes dedicadas a acoger a gestantes hasta el momento del parto. Una clara red organizada que, con la bruma de la supuesta familiaridad, oculta un tráfico evidente de tintes ilícitos que se prodiga en una ciudad de sólo 19 kilómetros cuadrados con un elevado número de agentes de las FyCSE por habitantes.