Una tarde más, la presión de los ciudadanos marroquíes sobre las puertas de la frontera, como consecuencia de los bloqueos sistemáticos que provocan los aduaneros del vecino país, ha terminado -en esta ocasión- con centenares de peatones que se han avalanzado contra las puertas fronterizas, controladas por la Guardia Civil, que por seguridad y evitar aplastamientos, han debido proceder a su apertura y a favorecer el paso de la masiva presión que ejercían los peatones marroquíes hasta que han vuelto a controlar la situación y cerrar provisionalmente.

Las tardes en la frontera se están convirtiendo en momentos de tensión sobre la Guardia Civil que se ve superada en número y en las que no puede responder adecuadamente al control del paso hacia Marruecos, víctimas del quehacer cotidiano de los aduaneros marroquíes que, en las mismas puertas fronterizas bloquean el acceso de los peatones y confiscan cualquier bolsa de mercancías que porten.

Una situación tremendamente complicada que se viene sucediendo regularmente casi a diario.