Desgraciadamente para ti Greta no tengo más de 50 años y no soy un hombre. Tampoco soy una negacionista del cambio climático. Digo desgraciadamente porque así no me puedes culpar de nada en base a mi identidad. Soy mujer y de tu generación y no te aguanto Greta. Quizás por tus sermones morales, quizás por el rechazo a la economía más básica, quizás por tu profundo desprecio al tercer mundo. Proclamaste que no importaba el dinero en una emergencia y ahí empezó mi falta de simpatía hacia tu persona. 

Verás Greta el crecimiento sí importa. Cuando Europa se industrializó y desarrolló en el siglo XIX y principios del XX, las emisiones de CO2 fueron enormes y a medida que crecíamos nuestra contaminación disminuyó. A día de hoy Europa es uno de los continentes que menos contamina. Y por eso es importante que Asia y África salgan de la pobreza y del subdesarrollo. Porque una vez que un continente garantiza la supervivencia de su gente su gente empieza a preocuparse del medio ambiente. ¿Crees que los individuos que habitan el delta del Níger les importa el daño que hacen al ecosistema? La respuesta es no. Les importa su supervivencia. Mientras no saquemos al mundo de la pobreza mediante energía no cambiará absolutamente nada. Porque por mucho que firmen las naciones ricas acuerdos como el de París no se conseguirá nada, principalmente porque las emisiones de CO2 provienen de China y la India. Así que sé consciente de que no todas las naciones pueden parar días enteros y lloriquear delante de parlamentos. Hay personas que tienen una sola preocupación, la subsistencia. Pero eres oh tan superior que te atreves a decirles que se mueran de hambre en nombre de un bien común. Una utopía de contaminación cero. 

No te aguanto Greta porque no tienes ni idea de nada y crees que eres una ciudadana especial. Que tenemos que escucharte porque tienes a mil niñatos detrás que saben llorar y presumen de eso por redes. Vivís todos en la ciudad, con toda la comodidad del mundo pero sois de los que idealizan el campo. Ese lugar que abandonaron vuestros bisabuelos para conseguir un futuro mejor para su familia. Un concepto de campo idealizado desde la ciudad. Pero la realidad es bien distinta y es que para que tengáis zanahorias en vuestra boutique vegana favorita se necesitan fertilizantes y tractores diesel. O bueno, si se aplican vuestras políticas los pocos granjeros y agricultores que quedan tendrán que hacerlo todo a mano, como en los viejos tiempos de emisiones cero. Pero la verdad es que no te veo trabajando en el campo Greta, creo que eres más de desayunar verduras y hummus en envases de plástico en un tren de primera clase. Eso del trabajo a mano que lo hagan otros. Que aristocratico. Se me acaba de ocurrir otro nombre para los niñitos de los viernes. 

¿Os parece bien que os llame marquesitos de los viernes? 

Me parece un nombre bastante apropiado para una pandilla de críos que dejan de protestar en los meses de julio y agosto. ¿A dónde habéis ido marquesitos? Pensaba que volar era un pecado capital a punto de ser recogido por vuestro papa favorito pero claro, volar y contaminar esta bien cuando lo hacéis vosotros. Lo que no debéis de permitir es que la purria y la chusma de las clases medias y el tercer mundo vuele. Me recordáis a los aristócratas franceses antes de la revolución. Había que pagar y financiar guerras y ahora os topáis con el problema de que alguien tiene que financiar vuestros planes. ¿Quién? Los de a pie. El señor agricultor debe abandonar su tractor y sus fertilizantes para que tú puedas comer comida ecológica y volar con la conciencia tranquila. Greta Antonieta, el pueblo necesita transportarse en coche. Que compren coches eléctricos dirás tú desde el Tesla que te regaló el mismo actor que tiene más de 10 todoterrenos en su garaje. El ecologismo es el nuevo tema de moda en los salones de Londres, Nueva York, París, Berlín o Madrid. Os debéis de sentir tan bien, aportar ese granito de arena mientras meriendas chocolate negro sin haber pisado el campo.  Y el camarero que sirve la leche de almendra bio a tu amiga influencer tiene 3 trabajos para poder pagar la factura de la luz porque vuestras amadas turbinas no producen energía suficiente y el gobierno para satisfacer vuestros lloros importa sucia energía de países “no sostenibles”. 

Pero yo no os odio marquesitos. A mi también me preocupa el medioambiente. Solo tengo problemas en creeros. Quizás deberíais pasar menos tiempo en el yate de vuestro amigo el principito de Mónaco y más con Pepe el granjero.