Hace un par de días que ha saltado la noticia de que espías rusos han sido detectados en Cataluña en los días del referéndum ilegal, el 1º de Octubre del 2017.

El País, diario oficial del PSOE, está aireando casi minuto a minuto, el cómo van las investigaciones al respecto y cuál es la enorme influencia del GRU ruso en la desestabilización de Cataluña.

Vamos a ver. Desmontar la enorme maquinaria tanto del antiguo KGB, como del Servicio de Inteligencia Militar (GRU), a pesar del paso de los años, debe ser una tarea un tanto difícil, sobre todo por la enorme penetración que se les supone en territorio occidental. Y sobre todo porque el nuevo Zar pseudodemocrático de todas las actuales rusias ha mamado en esos pechos. Querer obviar el enorme poder que supone disponer de buena inteligencia estratégica no entra dentro de los deseos de los que detentan poder.

Así que es absolutamente evidente que Rusia, como Estados Unidos, como la Gran Bretaña, y todos los países que quieren seguir jugando a la guerra fría, deben estar interesados en ver cómo evoluciona un conflicto en la mismísima Unión Europea. Y estoy seguro que los mismos Estados Unidos han desplazado agentes a meter las narices en todo el asunto. Si no, busquen esa extraña noticia de marines “atrapados” en medio de los piquetes hace unos días en Barcelona. Ni los británicos, ni los americanos dan puntada sin hilo, y qué quieren que les diga, a mí me parece tan sospechosa la presencia americana como la rusa. Podríamos hablar también de la presencia francesa que seguro no se ha limitado a colocar a Emmanuel Valls en Barcelona. Y seguro, seguro, que los alemanes no andan lejos.

Pero no me negaran que la noticia de la injerencia rusa en el tema catalán nos viene que ni pintada en un momento en el que el Sr. Sánchez anda buscando desesperadamente la aquiescencia de Esquerra Republicana de Cataluña para ser investido Presidente del Gobierno, esta vez sí, para cuatro años.

Busquen también la noticia de que los CDR fueron entrenados por el MOSSAD israelí a través de varias empresas establecidas en España, yéndose incluso a entrenarse al mismísimo Neguev.

La desinformación está servida. Miren ustedes que realmente el “prusés” es realmente pacífico. Observen ustedes esas manos levantadas en señal de “aquí no ha pasado nada” después de patear a un Oficial de Policía. ¿Cómo pueden negar la bondad intrínseca de los manifestantes? Y si se comete alguna tropelía, como cortar carreteras, informar de los movimientos de la Policía, intentar entrar por la fuerza en la Delegación del Gobierno en Lérida, o acosar a personas no nacionalistas no han sido ellos. Han sido los malditos servicios de Inteligencia Israelíes y Rusos, quienes están intentando que se culpabilice a las ursulinas pruseseras, veraderos espíritus puros dialogantes y pacíficos. La confabulación judeo-masónica en versión El País.

No me negarán que la jugada es maestra. Mientras el Sr.  Borrell confiesa que se ha enterado del asunto por la prensa y su homólogo ruso niega la mayor, se le pasa la pelota al Supremo para que investigue la trama rusa, y Junqueras, los Jordis y hasta el mismísimo Puigdemont vuelven a estar blanqueados como verdaderos demócratas y listos para apoyar la investidura del Sr. Sánchez.

Y ustedes hagan como yo: créanselo.