Seguridad / frontera exterior
La confianza entre fuerzas marroquíes y españolas en el Tarajal, bajo mínimos
Los incidentes diarios y la falta de comunicación han alcanzado un grado máximo pocas veces antes conocido

La posición de constante desacuerdo, de fricciones en determinados turnos, la falta de comunicación entre los mandos operativos de uno y otro lado, la desconfianza generada provocada por no haber unas directrices únicas y permitirse acciones discordantes, cambiantes en donde los interlocutores de los representantes gubernamentales de ambos lados ni se hacen respetar entre ellos, ni son aparentes respetadas sus instrucciones -ni en uno ni en otro lado de la frontera- está provocando que se viva en la actualidad los peores momentos que se recuerdan desde la crisis de Perejil.
En la frontera de Bab Sebta (lado marroquí) no aparece la figura de un hombre que capitalice la coordinación de las fuerzas presentes en su frontera. El Caid -alta figura del ministerio del Interior y representante del Gobernador de Rincón- no cuenta con el respeto ni de Policía ni de Aduana, no habla con los representantes del lado español ni éstos con él.
En la frontera de Tarajal (lado español) no se sigue el mismo paso. La Policía no permite y si lo hace es a regañadientes, las instrucciones de la representación del Gobierno central. Se atribuye la potestad única de gestionar la frontera y si cede lo hace forzado y culpando de ciertas incidencias a la Delegación. Con un personal quemado y con las dificultades de no poderse prescindir de quienes no aportan (no hay para sustituirlos), los jefes operativos deben obligadamente navegar con lo que tienen y, por evitar complicaciones en las relaciones con el personal, soportan estoicamente que la central -conocedora de los detalles- no les haga ni caso.
El trato entre policías (marroquí-español) es tenso. A diario se ponen piedras unos a otros y se devuelven cada día golpes, los diferentes turnos se las tienen jurada unos y otros.
Por su parte, la Aduana marroquí y la Guardia Civil chocan con regularidad. Los primeros le atribuyen a los segundos la falta de control de mercancías. Los segundos asumen que no son ellos quienes deben hacerle el control a los primeros...
Avalanchas hacia Marruecos de porteadores que por la mañana acceden a Ceuta (camuflados entre los que se suponen vienen a trabajar), porteadores que Marruecos sitúa en primera línea hacia Ceuta por las mañanas sin un control previo en su zona... provoca una suerte de complicaciones permanentes que derivan en bloqueos, colapsos y dificultades permanentes en la frontera.
Y de vez en cuando, Marruecos responde como esta madrugada. Una furgoneta a toda velocidad penetrando en Ceuta con más de medio centenar de inmigrantes. Y todo ello, en medio de un estado de alerta del nivel 4 antiterrorista... Se supone que Marlaska regresa a Ceuta en los próximos días.
¡Que Dios nos coja confesados!.
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