Martes, 11 de Noviembre de 2025

Actualizada Martes, 11 de Noviembre de 2025 a las 14:11:16 horas

Fidel Raso
Bandrés (EE) y Benegas (PSOE) después de firmar la unión de ambos partidos en 1993 / Foto F.R. Bandrés (EE) y Benegas (PSOE) después de firmar la unión de ambos partidos en 1993 / Foto F.R.
Viernes, 15 de Noviembre de 2019

El tiempo no discurre igual en España que en el resto del mundo

La política del periodo actual se ha convertido en algo inmutable. Podría llamarse periodo “politistérico”, y lleva años filtrándose a la sociedad que, en el caso español, responde a una estructura frágil y, porqué no decirlo, temperamental (Spain is diferent). Vivimos en un gran país dentro de una estupenda península de alto valor estratégico y rica en casi todo lo referente al clima y a la naturaleza. Pero la cosa común no va. E intuyo que va a peor.

 

Por eso hoy cuento un viaje al pasado que realicé hace un par de días a través de una máquina del tiempo construida por mí con materiales reciclados  y que funciona con neutrinos de 95 octanos. Tal es así, que pude aterrizar como periodista camuflado allá por el principio de los años noventa, donde he vivído cosas que sucedían en aquel espacio temporal de hace unos veinticinco años.


Casualmente, la máquina aterrizó en la localidad guipuzcoana de Tolosa, donde el gran líder del PNV Xavier Arzalluz, apelaba al estatus de Lituania para que Euskadi se "adentrase" en Europa. Además, afirmaba que si en la Unión había una nación, esa era Euskalherria, “al menos desde una perspectiva ética, ya que el Pueblo Vasco es diferente por la especificidad de la sangre”. Aunque luego, sonriendo, añadió que eso tenía la importancia que "cada uno le quiera dar".


Tuve curiosidad por conocer más cosas de la época, y escondí mi máquina de neutrinos en un caserío abandonado y alquilé un coche Citroen AX 14 para ir a algún otro sitio. Salí de mi tiempo con un movimiento telúrico-mediático a causa del  abrazo político entre Iglesias y Sánchez, y me enteré que en Bilbao se fusionaban un partido nacionalista de Euskadi que pedía el derecho de autodeterminación, Euskadiko Ezkerra, con el Partido Socialista de Euskadi. Una vez firmado el acuerdo, el abrazo que se dieron los representantes de los dos partidos -por los nacionalistas, Juan Mari Bandrés y por los socialistas, Txiki Benegas- fue impresionante. Hice foto para enseñarla de vuelta a mi tiempo.


Me enteré de que el Príncipe Felipe asistía entre los estudiantes a una conferencia de Carrillo en la Universidad Autónoma de Madrid, que Jordi Pujol llamaba "irresponsable" a Felipe González al hablar éste de de la "posible disgregación del Estado”, y que Puyol estuvo acompañado de su esposa, Marta Ferrusola, en la Confederación de Asociaciones de Empresarios de Baleares, donde hacía las declaraciones. Por su parte, Aznar no “descartaba" conseguir el apoyo del PNV en las siguientes Elecciones Generales. Lo decía en San Sebastián. El lehendakari Ardanza puntualizaba también en esos días que nadie estaba “dispuesto a renunciar a su independencia”, cosa que el líder de Eusko Alkartasuna, Ignacio Oliveri, llevaba más lejos: "Para qué necesitamos España". A ellos se sumaba Julio Anguita, que tiraba de ironía política para definir aquellos momentos: "Aznar y González están en campaña desde el siglo XIX".


Todo aquello me recordaba mi existencia real en el tiempo. Es decir, me recordaba al tiempo y el lugar de los que había partido antes de llegar al pasado. Por ejemplo, cuando Jordi Pujol hablaba por la radio para decir que Felipe González quería "hundirle" y que había "sectores" del partido socialista que además le "vilipendiaban". Lo explicó a través de las ondas radiofónicas y añadía además que no habría "nada de Gobierno de coalición en el futuro".


Para seguir el nivel político del momento había que ser muy preciso periodísticamente porque no te perdonaban ni una. Fue el caso de Arzalluz, que se quejó de cómo se habían tergiversado sus palabras y quería matizarlas de la siguiente manera: "Es el calvosotelismo del PSOE con esa dichosa manía de querer vertebrar animales, personas o cosas, entre ellas España”, para añadir a continuación que un sueco y un zulú eran “racialmente distintos, y los problemas nacen cuando uno quiere ponerse encima del otro".


Cansado de conducir mi Citroen AX 14, oír la radio y ver los periódicos, y ante el temor de que un comando etarra descubriera mi coche de viajar en el tiempo en aquel caserío, lo que hubiera sido terrible, me salí del espacio temporal a todo gas de neutrinos con la idea de que el tiempo no discurre en España igual que en el resto del mundo. Al volver toooodo el mundo seguía hablando del abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Yo pongo la foto de otro abrazo de mi viaje al pasado.

 

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