Norte de Marruecos
Marruecos diseña cuatro zonas francas alrededor de Tanger Med, una en Castillejos
Mientras el paso de mercancías sigue bloqueado, ni España, ni la Ciudad parecen enterarse de las pretensiones marroquíes

La estrategia marroquí avanza sin prisas, pero sin pausas. En la creencia de que así se asfixia a Ceuta y se desestabiliza a su sociedad, las maniobras de constantes bloqueos fronterizos -a las que no ha sabido responder el Gobierno de España, ni la Ciudad ha sabido adelantarse, pese a tener conocimiento ambas administraciones-, con la excusa del control aduanero marroquí, Marruecos sigue trazando su ruta para dotar al 'hinterland' alrededor de Tanger Med y Tánger Med2 de unas características especiales que atraiga hacia la zona del norte de Marruecos las inversiones de los grandes operadores logísticos para una gran zona libre de impuestos 'free zone' que se inicia próxima a la frontera de Ceuta, en Finideq, y se exitiende hasta la comuna de Mellousa (prefectura de Fahs Anyera) pasando por la de Alcazarseguir.
Se trata de la creación de cuatro zonas (la de la propia Tanger Med, Mellousa 1, Mellousa 2 y Oued Negro -pegada a Ceuta-) con la que replicar el sistema de la importación y 'exportación' alegal que se produce desde hace décadas entre la ahora Ciudad Autónoma y Marruecos. Una gran zona aduanera en el norte marroquí a donde, a través de Tánger Med, las mercancías llegarían a ese espacio 'libre' a un coste impositivo similar o más bajo del que se aplica en Ceuta (por debajo del 10%)
El mapa, extraído del plan comercial de unas de las grandes transitarias establecidas ya en Tánger Med, muestra la planificación estratégica para el impulso de Marruecos en esta zona regional.
Mientras esto sucede, el constante 'mareo' de las autoridades fronterizas marroquíes a las españolas de Ceuta, forma parte de la estrategia del engaño con el que se pretende ganar tiempo y de abrir o cerrar la mano fronteriza en función de la benevolencia marroquí que se siente más poderosa y por encima de la representación de España. El trato displicente a los gobernantes ceutíes se plasma diariamente mientras, eso sí, soportan la presión social en su territorio con unas gentes que, acostumbradas a vivir del paso fronterizo de mercancías, no encuentran otro modo de vida.
Pero para ello, ha iniciado -Marruecos- una práctica de reducir el número de residentes que desde el sur llegaron al norte al albur de las oportunidades fronterizas. No se les renueva el pasaporte, deben demostrar residir más de cinco años en la región, y se realizan constantes inspecciones de empadronamientos. Han cortado el grifo para lograr que ante la incapacidad de trabajo, el personal regrese al sur.
Entre tanto, el sector comercial de Ceuta, el que basaba su éxito de la fluidez fronteriza y del ir y venir de ciudadanos de un lado a otro tanto porteador, como turista comprador, se ve seriamente dañado por muchos factores. Por éste, el de la estrategia marroquí, y por la falta de criterio regular que se aplica en la frontera -en muchas ocasiones- al albur del criterio del funcionario de policía o de la guardia civil de turno, sin que existan órdenes, instrucciones y plan de cruce de fronteras eficaz y de aplicación permanente, sea cual sea el turno en servicio.
La torpeza derivada de ello es responsabilidad española por no saber distinguir entre la defensa del buen nombre que siempre han de tener las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y la acción quirúrgica contra quienes embutidos en estas uniformidades no llegan a mantener ni la profesionalidad, ni la imagen propia de éstas.
Entre el permanente discurso absurdo del 'si son galgos o podencos', y la falta de estrategia propia en defensa de Ceuta y de su economía, Marruecos sigue avanzando, a su estilo sí, y regado millonariamente desde el erario español.
El resumen es cuanto menos dramático. España enriquece a Marruecos y le facilita las armas con las que intentar aniquilar a Ceuta, pero también a Melilla. Y no será porque no hayan habido síntomas que avisaba de lo que estaba ocurriendo.
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