Lunes, 10 de Noviembre de 2025

Actualizada Lunes, 10 de Noviembre de 2025 a las 18:52:21 horas

Ricardo Espíritu
Sábado, 26 de Octubre de 2019

Reversión

Supongo, queridos lectores, que habréis seguido con el mismo interés que yo todo lo que está aconteciendo en Cataluña. Y otra vez nuestros bravos Policías y Guardias Civiles tienen que sacrificarse frente a una banda de descerebrados que gobiernan en la Generalitat y sus lebreles kaleborrokeros. Bueno, más el Cuerpo Nacional de Policía que la Guardia Civil, porque desde que esta última se atrevió a desmontar comandos CDR sin su conocimiento (muy probablemente por temor a una faisanada muy del gusto entre los que ostentan o han ostentado el cargo y pertenecen a determinado partido político), el Ministro del Interior en funciones de no-sé-de-qué no se fía de ellos, los Guardias, ni lo más mínimo.

 

Lo que más me ha sorprendido de todo esto es que esos líderes supremacistas pretendan hacernos pasar por tontos, diciendo que no conocían a los revoltosos, que nadie los había visto antes. Pretendiendo así que nos traguemos la rueda de molino de la generación extraña y exógena de los comandos terroristas de baja intensidad.

 

Actualmente, en entorno OTAN, llamamos a esto insurgencia, traduciendo literalmente la palabra sajona. Pero hace unos años, a este fenómeno, y en castellano, le llamábamos subversión. Para llegar al trastoque del orden establecido que supone la subversión han tenido que ocurrir muchos factores sobre los que no quiero entrar. Me vale con decir que entre todos lo hemos permitido. En pequeños pasos. Poco a poco. Pero el caso es que hemos llegado a una situación en la que el Estado español ha desaparecido prácticamente de una zona de España (¿o es de dos?). Los que tienen la bondad y la paciencia de leerme sabrán que a esto le llamamos “Estado débil”.

 

Pero las enfermedades, si se superan, acaban produciendo una inmunización. A mayor o menor coste físico, mental y económico. Y hay valientes indicios de que se está superando la enfermedad, aunque a alguna atrevida le han propinado un tortazo que le hubiera podido costar muy caro. O aquéllos que salieron a interponerse entre las hordas indepes y los Guardias Civiles. O los que recibieron con banderas españolas desde sus balcones a las marchas pro independencia que se iban concentrando en Barcelona, a los sones de esa vieja canción de la Transición:

 

No el volem ser

Una Regió d’Espanya

No el volem ser

Un país ocupat

Volem, volem, volem,

Volem l’independènçia

Volem, volem, volem,

Països Catalans

 

Al que está metido en la locura obsesiva-compulsiva de que todos los males vienen de la Espanya qu’ens roba poco le importa que le intenten contar la verdad, porque no hay peor sordo que el que no quiere oir. Pero bajo ese lema, la realidad es que la familia de origen egipcio de la Madre Superiora y sus retoños, tanto naturales como políticos, se lo estaban llevando crudito a Andorra y Suiza, bajo el silencio cómplice de algunos y la cooperación necesaria de otros.

 

Y la valentía de los que hemos citado me trae a la memoria la palabra que encabeza este artículo y que quiere ser el antónimo de la palabra “Subversión”. Por “Reversión” entendemos el conjunto de medidas que habría que tomar para reconstruir todo lo que la subversión ha destruido.

 

Lo primero que me viene a la cabeza que hay que hacer es respetar el derecho de los padres que viven en Cataluña a educar a sus hijos en el idioma que ellos elijan. Derecho reconocido en la Constitución, pero sancionado reiteradas veces en sentencias del Tribunal Supremo que ningún Gobierno de España ha tenido el valor de poner en funcionamiento. Ninguno.

 

Y respetar el derecho de los comerciantes a rotular sus comercios en el idioma que les dé la gana.

 

Y asegurarles a los valientes ciudadanos que a pesar de la que está cayendo siguen viviendo en su tierra, de nación o de adopción, que no les dejaremos sólos nunca más. Y que su libertad es tan preciosa para nosotros como la propia.

 

Pero hay que reconstruir mucho más, y no sólo en Cataluña, si no en todas aquéllas autonomías que han ido jugando a envidar las demenciales apuestas de los orates liberticidas que han ido gobernando en aquél territorio.

 

Y si me permiten, queridos lectores, yo sí veo brotes verdes.

 

La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas

Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.23

Todavía no hay comentarios

Más contenidos

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.