Lunes, 10 de Noviembre de 2025

Actualizada Lunes, 10 de Noviembre de 2025 a las 14:23:17 horas

Fidel Raso
País Vasco año 2000 / Foto F.R. País Vasco año 2000 / Foto F.R.
Miércoles, 23 de Octubre de 2019

El árbol que no deja ver el bosque

Dudo mucho de que la política sea siempre el refugio de las explicaciones más menos convincentes del desajuste social. Gran error en el que suelen caer los medios de comunicación, que quedan atrapados (algunos, gustosamente) en un aburrido cruce de declaraciones y análisis que les lleva a estar condenados a dar vueltas y vueltas sobre lo mismo.

 

Por mi parte, soy más de Julio Caro Baroja cuando dijo sobre situaciones que generan violencia social que somos ya bastantes “los que ante ciertos hechos de dominio de la historia pensamos que para explicarlos hay que ceder el paso a los psiquiatras, psicopatólogos y aun psicoanalistas”.

 

Lo que está pasando en Cataluña parece ser el resultado que queda después de que una aspiración política (absolutamente respetable) pase por una batidora en la que hemos metido unas dosis de políticos no competentes, ciudadanos regados ideológicamente con dinero público, redes sociales que viajan al segundo diciendo muchas veces inexactitudes y banalidades que desvirtúan la verdad y la reflexión necesarias, declaraciones sin sentido aparente, y un poco de vida confortable que no genera otros problemas. La mezcla es difícilmente digerible.

 

El problema de fondo es que todo ello causa un daño irreparable en el conjunto social. Unos enfrentados a otros y otros enfrentados a los unos.

 

Quizás estemos viviendo experiencias límite en una sociedad acomodada, donde los legisladores van asfixiados, y en medio de un desarrollo tecnológico desbocado que está dejando al ciudadano desorientado de manera casi permanente.

 

Nos centramos en lo de tirar piedras como si viviéramos en las viejas tribus de las cavernas, cuando el futuro se debate en una reflexión compleja: Lo “lícito” dentro de lo que es “factible”. Casi nada. Conducimos nuestra existencia mirando principalmente al retrovisor sin prestar atención a lo que nos viene por delante, una manera frívola de conducir y conducirse.

 

Cataluña pierde el tiempo, especialmente el suyo, de forma peligrosa. Durante años, el País Vasco vivió a sangre y fuego con el  drama del terrorismo marcando la agenda de una sociedad serena que confiaba en una democracia que tanto había costado conseguir. Ahora, casualmente, ahora, el pueblo catalán tiene que decidir “el derecho a decidir” porque así consta en lo que llaman “procés”.

 

[Img #6252]

 

 

Leo y veo que en una noche de violencia han saltado todas las alarmas por el grado o intensidad de la misma. Algunos usan la expresión de “no conocida hasta ahora”. Pues vale si fuera así, pero flaco favor hacen a otros ciudadanos y agentes de la Fuerzas de Seguridad del Estado que vivieron muchas noches, mañanas y tardes durante años en escenarios callejeros tremendamente violentos y amenazantes, frivolizando así lo que fue una historia de asesinatos políticos todavía no cerrada.

 

Ertzaintza, Policía, Guardia Civil, y también agentes de los cuerpos policiales locales vivieron un infierno callejero no durante una noche, sino durante años. En 1994, dos ertzainas fueron quemados, uno de ellos gravemente, con quemaduras en el 25% de su cuerpo, por el lanzamiento de cócteles molotov de grupos cercanos a Herri Batasuna.

 

[Img #6251]

 

 

 

 

 

 

 

[Img #6253]La amenaza psicológica y el señalamiento del que no pensaba como ellos era directo y visual, con comercios quemados, destrozados, y negocios arruinados, muchos por la “kale borroka”.

 

En 1987, unos jóvenes irrumpieron en la Casa del Pueblo (local social del PSOE) de Portugalete y arrojaron varios cócteles al interior. Murió una mujer que dejaba dos hijos y su marido también sufrió graves quemaduras. El comando se llamaba Mendeku, “venganza”.

 

El tamaño de los adoquines, la altura de las llamas o la juventud de algunos que lo cuentan pueden ser datos relevantes, siempre y cuando el árbol no impida ver el bosque.

 

La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas

Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.23

Todavía no hay comentarios

Más contenidos

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.