Sedición, rebelión, sublevación, subversión
Me da que el discurso político se está “militarizando” y la opinión pública -y publicada-, también.
Sin ir más lejos, acabo de escuchar en RNE durante su programa matinal (excelente, por cierto) la opinión de una periodista que dice que en Cataluña se están dando "técnicas de guerrilla" y, pocos minutos después, otra donde una oyente se quejaba de la situación catalana señalando que "nos han tomado como rehenes y no podemos salir de casa porque estamos secuestrados". Posicionándose en el lado contrario, otro ciudadano ha intervenido diciendo que "si no están a gusto que se vayan para España". El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, hace una comparación de la situación de Barcelona con lo que sucede en Alepo y habla de "emergencia nacional con comandos separatistas".
¡Uf!, después de muchos años dentro de la primera línea informativa en el País Vasco, en un periodo que algunos calificaron como "años del plomo”, les quiero contar una historia que fue publicada por un medio cercano a las tesis de ETA y que titulaba de la siguiente manera: "Un año de intervención militar española en Euskadi". El autor utilizaba un informe del Estado Mayor del Ejército bajo el título de “Orientaciones/Subversión y contra-subversión" y añadía una referencia numérica: 0-0-2-5. Su difusión era limitada, solo para jefes y oficiales. Aquella información se ilustraba con la citada publicación, a la que se ponía el pie de foto siguiente: «Portada del manual del Ejército español que guía su intervención "contrasubversiva" en Euskadi».
El citado informe especificaba que la subversión consistía en "las acciones contra el Sistema Político establecido". La cosa literaria era compleja, ya que quien calificaba lo que era "subversión" era "el poder establecido". Así, página por página se iba pasando por párrafos que tienen plena actualidad -creo yo-. Veamos el apartado dedicado a “Formación de opinión pública”: “La subversión tendrá posibilidades de éxito si no se conduce en el sentido de impedir que la población se deje convencer por la propaganda y por agitadores subversivos".
Sobre el apartado de “Población” se puntualizaba lo siguiente: "La población es el medio, el ambiente, en el que se traba la lucha entre la Autoridades establecidas y la subversión". En el epígrafe “El campo de batalla” se dice: "Áreas de gran densidad de población con elevada concentración laboral (…)”. Y así, pasando por la "guerra psicológica, y la "pacificación". Todo ello conforma una larga lista de acciones y recomendaciones que lleven incluso a evitar que "los documentos, órdenes y planes de índole militar puedan ser conocidos a través de indiscreciones, negligencias o de personal infiltrado".
En el País Vasco viví momentos que harían palidecer de miedo a los CDR comparados con los asalta-vallas de las también bellas calles barcelonesas. Mejor no tocamos ese tema en el que olía de cerca el rastro dejado por la Goma-2.
Si hacemos caso al contenido, connotación, y aparente sentido de lo que me llega por los medios de comunicación, con expresiones del tipo "Emergencia Nacional", "Huelga golpista", "Cortado el puerto de Tarragona", "Cancelados 55 vuelos", "Desvío a Valencia de un crucero con 918 pasajeros", “turistas enfadados porque no han podido visitar la Sagrada Familia”, ”Cerrada la frontera con Francia" o las del ex asesor de Allende, Joan Garcés, que dice en un influyente medio digital de Madrid que o encontramos “una solución para Catalunya entre todos o decidirá una potencia extranjera".
Quizás estemos en esa fase de gestión política y militar que dice que debemos "confortar a los aliados; apoyar a los comprometidos; convencer a los vacilantes, neutros y pasivos; dividir a los adversarios; disuadir a los opuestos y contraponer a los contradictorios”, porque todo es muy raro. Aún así el ministro del Interior se va a cenar un rato a un sitio que se llama "Válgame Dios" (válgame el nombrecito) y el buen hombre se come una hamburguesa y le cae la de dios (lógico por el sitio).
Ya que la cosa de revueltas también va por lo divino voy a terminar con unas palabras que me traje en uno de de mis viajes por la zona conflictiva entre israelíes y palestinos que decía que "Cuando el Eterno quiere castigar a sus criaturas, les quita la sensatez". Pues eso, un poquito de barakalofi, algo así como ”por favor". Mantengamos la calma, y que el último apague la luz. Tengamos confianza en nosotros mismos.
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