Una jornada más, los empleados de la empresa encargada del catering en el CETI, protestan porque la adjudicataria -a la que se le va remover de su adjudicación obtenida por la Administración estatal ante el incumplimiento de las condiciones- no abona sus salarios pese a cumplir cada día con su trabajo.

Han vuelto a pedir que se les oiga y se les escuche en la Delegación del Gobierno. Piden que se les tenga en cuenta como se les tiene a los inmigrantes a los que se les cubre todas sus necesidades. Los trabajadores han de enfrentarse a sus propias situaciones particulares y algunos sufren ya embargos por no poder afrontar los pagos. No perciben salarios de una adjudicataria del servicio que se hizo con el servicio de catering sin tener la capacidad financiera para afrontar el servicio. Son las cosas que suceden con la nueva Ley de Contrato Público en la que el bajo precio otorga más puntos para las adjudicaciones promovidas por la Administración. Un error achacable al Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, añaden los afectados quienes reclaman para una posterior adjudicación se tengan en cuentan parámetros suficientes como para que los empleados no padezcan las situaciones que viven.

Hoy han querido mostrar, una vez más, sus quejas y su petición de ser oídos. Lo han hecho con silbatos y cacerolas.