¿Crematorio para mascotas? Vivas no necesita de sus votos para aprobar sus políticas e ignora las voces de los miles de propietarios
En Ceuta, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los propietarios de mascotas es la falta de un servicio de crematorio. Esta deficiencia genera creciente preocupación entre los ciudadanos, que han manifestado su descontento a través de múltiples peticiones y reclamaciones, con la esperanza de que las autoridades locales actúen con rapidez y eficacia. Sin embargo, el gobierno de la ciudad autónoma parece estar retrasando una respuesta que ya debería haber sido proporcionada desde hace años. Las mascotas no votan, no son necesarias para aprobar presupuestos y políticas. Ni el propio gobierno, ni los famosos políticos no adscritos que se verán favorecidos a sus peticiones (de corte particular) por la benevolencia de Vivas, han exigido disponer de un elemento clave, por lo setimental, que piden a gritos los miles de propietarios de mascotas en Ceuta... un maldito crematorio que dignifique la despedida de las mascotas. Ha pasado 2025 y nos han mentido, otra vez.
Hablamos de más de 20.000 familias en Ceuta que consideran a sus mascotas parte integral de sus hogares, con derechos y necesidades que deben ser respetadas. Ayer mismo, una de estas propietarias salía entre sollozos de una clìnica veterinaria ceuti. Compungida por el inevitable destino de su compañera peluda en los últimos 11 años, se disponía a buscar un billete de ferry el mismo día 30 para darle diginidad a la despedida de su ser querido e incinerarla en Algeciras para regresar con sus restos... Todo para evitar la deshumanización de entregar a la mascota para que una empresa recoja sus restos, los mezcle con restos animales de toda índole y trasladarlos a una incineradora masiva de desechos en Granada. Un disparate.
Las peticiones para que se instale un crematorio de mascotas en la ciudad no son algo nuevo. De hecho, varios grupos de propietarios han solicitado la creación de este servicio desde hace años, pero hasta ahora no ha habido ninguna acción significativa por parte de las autoridades locales. Esta falta de respuesta genera frustración y un sentimiento de abandono entre los ceutíes, que ven cómo sus derechos como ciudadanos y dueños responsables de animales son ignorados.
El gobierno local parece no tomar en cuenta las necesidades de los ciudadanos cuando se trata de bienestar animal. El argumento económico, entre otros varios, a menudo citados por los responsables políticos, no ha sido suficiente para convencer a los afectados, que exigen una solución inmediata. En un mundo donde las normativas europeas y nacionales son cada vez más estrictas respecto al trato de los animales y su protección, Ceuta se está quedando atrás. La falta de un crematorio es no solo un incumplimiento de una necesidad básica, sino también una falta de compromiso con el bienestar de los seres vivos que forman parte de nuestras familias.
La Consejeria de Sanidad está, en este asunto, alargando como puede, a veces artificialmente, la respuesta. Un hecho que muestra la falta de compromiso real. Los propietarios no pueden comprender cómo otros asuntos forman parte inmediata de determinadas acciones rápidas y ésta, en concreto, se prolonga sine die.
Los dueños de mascotas se sienten frustrados por la indiferencia de las autoridades locales, que no responden a sus demandas, a pesar de que las mismas son ampliamente apoyadas por la comunidad. La falta de compromiso político no solo agrava la situación emocional de los propietarios, sino que también refleja una desconexión total entre los políticos de Ceuta y los ciudadanos que los eligen.
La falta de un crematorio de mascotas en Ceuta es un reflejo de una desidia política que afecta a los miles de propietarios de animales en la ciudad -a los que gobiernan no les debe interesar para sus planes inmediatos- (no llevan el cartel de 'No adscrito' en un Pleno). Los compromisos que se hicieron siguen sin cumplirse, y la falta de acción ante una demanda masiva solo demuestra -repetimos- una desconexión alarmante entre el gobierno Vivas y la realidad de la ciudadanía. De lo que se trata es de que se respete la legalidad vigente y, sobre todo, se muestre empatía hacia aquellos que ven a sus mascotas como miembros de la familia.
El bienestar animal no puede ser ignorado más tiempo. Los ceutíes merecen una solución que les permita despedirse de sus animales con el respeto y la dignidad que se merecen. Ya está bien!. Llega 2026, que sea este el año de su puesta en funcionamiento.
En Ceuta, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los propietarios de mascotas es la falta de un servicio de crematorio. Esta deficiencia genera creciente preocupación entre los ciudadanos, que han manifestado su descontento a través de múltiples peticiones y reclamaciones, con la esperanza de que las autoridades locales actúen con rapidez y eficacia. Sin embargo, el gobierno de la ciudad autónoma parece estar retrasando una respuesta que ya debería haber sido proporcionada desde hace años. Las mascotas no votan, no son necesarias para aprobar presupuestos y políticas. Ni el propio gobierno, ni los famosos políticos no adscritos que se verán favorecidos a sus peticiones (de corte particular) por la benevolencia de Vivas, han exigido disponer de un elemento clave, por lo setimental, que piden a gritos los miles de propietarios de mascotas en Ceuta... un maldito crematorio que dignifique la despedida de las mascotas. Ha pasado 2025 y nos han mentido, otra vez.
Hablamos de más de 20.000 familias en Ceuta que consideran a sus mascotas parte integral de sus hogares, con derechos y necesidades que deben ser respetadas. Ayer mismo, una de estas propietarias salía entre sollozos de una clìnica veterinaria ceuti. Compungida por el inevitable destino de su compañera peluda en los últimos 11 años, se disponía a buscar un billete de ferry el mismo día 30 para darle diginidad a la despedida de su ser querido e incinerarla en Algeciras para regresar con sus restos... Todo para evitar la deshumanización de entregar a la mascota para que una empresa recoja sus restos, los mezcle con restos animales de toda índole y trasladarlos a una incineradora masiva de desechos en Granada. Un disparate.
Las peticiones para que se instale un crematorio de mascotas en la ciudad no son algo nuevo. De hecho, varios grupos de propietarios han solicitado la creación de este servicio desde hace años, pero hasta ahora no ha habido ninguna acción significativa por parte de las autoridades locales. Esta falta de respuesta genera frustración y un sentimiento de abandono entre los ceutíes, que ven cómo sus derechos como ciudadanos y dueños responsables de animales son ignorados.
El gobierno local parece no tomar en cuenta las necesidades de los ciudadanos cuando se trata de bienestar animal. El argumento económico, entre otros varios, a menudo citados por los responsables políticos, no ha sido suficiente para convencer a los afectados, que exigen una solución inmediata. En un mundo donde las normativas europeas y nacionales son cada vez más estrictas respecto al trato de los animales y su protección, Ceuta se está quedando atrás. La falta de un crematorio es no solo un incumplimiento de una necesidad básica, sino también una falta de compromiso con el bienestar de los seres vivos que forman parte de nuestras familias.
La Consejeria de Sanidad está, en este asunto, alargando como puede, a veces artificialmente, la respuesta. Un hecho que muestra la falta de compromiso real. Los propietarios no pueden comprender cómo otros asuntos forman parte inmediata de determinadas acciones rápidas y ésta, en concreto, se prolonga sine die.
Los dueños de mascotas se sienten frustrados por la indiferencia de las autoridades locales, que no responden a sus demandas, a pesar de que las mismas son ampliamente apoyadas por la comunidad. La falta de compromiso político no solo agrava la situación emocional de los propietarios, sino que también refleja una desconexión total entre los políticos de Ceuta y los ciudadanos que los eligen.
La falta de un crematorio de mascotas en Ceuta es un reflejo de una desidia política que afecta a los miles de propietarios de animales en la ciudad -a los que gobiernan no les debe interesar para sus planes inmediatos- (no llevan el cartel de 'No adscrito' en un Pleno). Los compromisos que se hicieron siguen sin cumplirse, y la falta de acción ante una demanda masiva solo demuestra -repetimos- una desconexión alarmante entre el gobierno Vivas y la realidad de la ciudadanía. De lo que se trata es de que se respete la legalidad vigente y, sobre todo, se muestre empatía hacia aquellos que ven a sus mascotas como miembros de la familia.
El bienestar animal no puede ser ignorado más tiempo. Los ceutíes merecen una solución que les permita despedirse de sus animales con el respeto y la dignidad que se merecen. Ya está bien!. Llega 2026, que sea este el año de su puesta en funcionamiento.
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