Miércoles, 31 de Diciembre de 2025

Actualizada Miércoles, 31 de Diciembre de 2025 a las 09:55:21 horas

José Antonio Carbonell Buzzian
Miércoles, 31 de Diciembre de 2025

Entre el optimismo oficial y la realidad de Ceuta: un análisis necesario

Cuando el presidente de Ceuta, Juan Vivas, califica 2025 como un año "prometedor" con "hitos determinantes" para el futuro de la ciudad autónoma, conviene detenerse a examinar qué hay detrás de estas declaraciones y si la retórica se ajusta a la realidad que viven los ceutíes.

 

Inversión de 32 millones en servicios: ¿dónde están los resultados?

 

Vivas destaca una "inversión récord de 32 millones de euros en modernización de servicios como limpieza, transporte urbano, policía local y bomberos". Suena impresionante hasta que se compara con las quejas recurrentes de los ciudadanos. Las inundaciones del pasado fin de semana en la Marina pusieron de manifiesto que, pese a las "obras plenamente justificadas" según Vivas, la ciudad sigue siendo vulnerable ante lluvias intensas. El propio sindicato de Servilimpce denunció que se ordenó a sus trabajadores recoger basura durante el temporal, poniendo en riesgo su seguridad.

 

Las 3.300 personas más afiliadas que en la época del porteo: contexto esencial

 

Vivas afirma con orgullo que "ahora hay 3.300 personas más dadas de alta en la Seguridad Social de las que había cuando funcionaba el porteo", queriendo demostrar que quienes decían que sin el porteo la economía de Ceuta no tendría futuro "se equivocaban". Sin embargo, este argumento omite varios factores cruciales: el porteo terminó en 2019, hace seis años. En ese tiempo, la población española ocupada ha crecido significativamente. Además, buena parte de ese aumento proviene del sector público (que creció un 1,97% entre 2023-2024) y del juego online, no de un tejido productivo diversificado y sostenible.

 

Los "hitos" de Vivas: cuando la propaganda choca con la realidad

 

En su balance de 2025, Juan Vivas ha destacado varios logros que califica como "hitos históricos determinantes": el cable eléctrico submarino con la Península, el récord de 24.614 afiliados a la Seguridad Social en noviembre (la cifra más alta registrada), la cesión de 140.000 metros cuadrados de suelo militar, el traslado de 184 menores migrantes y la consolidación del sector del juego online. Pero, ¿resisten estos "hitos" un análisis con datos en la mano?

 

El récord de afiliación a la Seguridad Social: un espejismo estadístico

 

Vivas atribuye el récord de afiliación al "asentamiento de la industria del juego online, que ya emplea a más de mil personas". Sin embargo, conviene poner este dato en perspectiva: con 24.614 afiliados en una población de aproximadamente 83.000 habitantes, la tasa de afiliación sigue siendo bajísima. Más importante aún, este "récord" no impide que Ceuta mantenga el desempleo más alto de España (25,47% en el tercer trimestre de 2025) ni que el PIB crezca apenas un 1% cuando el país crece al 3,5%.

 

El juego online, presentado como locomotora económica, representa ya el 10% del PIB según reconoce el propio Gobierno. ¿Es este el modelo económico sostenible que queremos para Ceuta? Una economía que depende un 44,3% del sector público y un 10% del juego online no es precisamente un modelo de diversificación productiva.

 

El cable eléctrico: una necesidad básica vendida como "hito histórico"

 

Vivas califica la conexión eléctrica con la Península como una "aspiración antigua, legítima e inaplazable" que permitirá dejar atrás la condición de "isla energética". Pero presentar como logro extraordinario lo que es simplemente una infraestructura básica que debería haberse completado hace décadas es revelador. Otras regiones insulares españolas llevan años con conexiones eléctricas submarinas. Lo sorprendente no es que finalmente se haga, sino que se haya tardado tanto.

 

La cesión de suelo militar: promesas de vivienda que no llegan

 

La cesión de 140.000 metros cuadrados de suelo militar para vivienda se presenta como un gran éxito. Sin embargo, como reconoce la propia prensa local, "el primer año del Plan de Vivienda se salda con una promoción en construcción y retrasos". Los ceutíes llevan años esperando viviendas asequibles, y lo que reciben son anuncios y plazos que se dilatan indefinidamente. El propio Vivas dice que 2026 será "el año de las obras" en vivienda, admitiendo implícitamente que en 2025 apenas ha habido avances tangibles.

 

La gestión migratoria: cifras que no cuadran con el discurso

 

Vivas destaca el traslado de 184 menores migrantes desde septiembre y afirma que "en 2025 han entrado en Ceuta un 20% menos de menores que en 2024". Presentar como éxito la simple aplicación de un Real Decreto del Gobierno central (no una iniciativa local) y celebrar que "solo" lleguen un 20% menos de menores cuando la ciudad sigue sin capacidad estructural para gestionarlos es, como mínimo, discutible.

 

Los problemas estructurales que permanecen: datos que desmienten el optimismo

 

Mientras se habla de un futuro prometedor, las cifras oficiales revelan una realidad bien distinta. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE) desmontan la narrativa oficial:

 

Un desempleo que dobla la media nacional: Ceuta registró en el segundo trimestre de 2024 una tasa de paro del 29,55%, la más alta de España y 18,3 puntos por encima de la media nacional del 11,25%. Más alarmante aún: el desempleo juvenil alcanzó el 71,69% entre menores de 25 años, solo superado por Melilla. En el tercer trimestre de 2025, la tasa seguía siendo del 25,47%, más del doble que la media española del 10,45%. Además, Ceuta ostenta la segunda tasa de paro de larga duración más alta de toda la Unión Europea en 2024, con más del 10% de desempleados que llevan más de un año sin trabajo.

 

Pobreza estructural: Los datos de Eurostat sitúan a Ceuta en la sexta posición entre las 355 regiones europeas en riesgo de pobreza, con un 34,6% de su población en esta situación en 2024, duplicando la media europea. Esta cifra apenas ha variado respecto a 2023, evidenciando una situación estructural que no se revierte.

 

El PIB per cápita más bajo: Con 22.751 euros en 2023 (última cifra definitiva del INE), el PIB per cápita de Ceuta se situó un 26,5% por debajo de la media nacional de 30.968 euros. Solo Melilla presenta cifras inferiores. En 2024, la cifra provisional fue de 23.228 euros, un 28,8% inferior a la media española de 32.633 euros. Mientras Madrid alcanza los 44.755 euros por habitante, Ceuta se encuentra a años luz de la prosperidad de otras regiones.

 

Crecimiento económico estancado: En 2023, Ceuta registró el menor crecimiento del PIB de toda España, con apenas un 1,7% frente al 2,7% nacional. Esta tendencia se mantiene: en 2024, Ceuta creció solo un 1%, de nuevo la tasa más baja del país, mientras la media nacional alcanzó el 3,5%. Esta situación se repite sistemáticamente desde hace una década.

 

Dependencia asfixiante del sector público: El 44,3% del PIB de Ceuta proviene de la administración pública, sanidad y educación, según el análisis de la CECE. La industria representa apenas el 1,5% y la tecnología el 1%. Esta estructura económica arcaica impide cualquier desarrollo sostenible. Mientras el sector privado perdió un 1,42% de afiliados entre marzo de 2023 y 2024, el sector público creció un 1,97%.

 

Desempleo femenino desproporcionado: El 40,1% de las mujeres ceutíes están en situación de desempleo, el doble que los hombres. El perfil más afectado es el de mujeres mayores de 30 años en el sector servicios, según datos de la EPA.

 

Inflación galopante: Ceuta registró en el tercer trimestre de 2025 una inflación del 3,9%, la más alta de España, impulsada principalmente por la hostelería con aumentos del 9,7%.

 

La brecha entre discurso y realidad: números que no mienten

 

El contraste entre las palabras de Vivas y los datos oficiales es abismal. Mientras el Gobierno habla de un año "prometedor", los indicadores económicos cuentan otra historia:

 

La balanza comercial es cada vez más deficitaria: de -61,2 millones de euros en 2023 a -157,8 millones en 2024, alcanzando -247,7 millones según el último informe de la CECE. Ceuta importa masivamente y exporta muy poco.

 

El número de autónomos cae sistemáticamente: se han perdido 54 en 2024, continuando una tendencia descendente desde 2018 con una caída del 10,5% en los últimos seis años.

 

La contratación indefinida en Ceuta es la más castigada de toda España, con un 33,4% menos respecto al año anterior según datos de 2024.

 

En 2024 se formalizaron un 22,7% menos de contratos que en diciembre de 2023, y un 20,4% menos que en marzo del mismo año.

 

La economía sumergida representa aproximadamente el 18% del empleo en Ceuta, al nivel de Andalucía, Canarias y Extremadura, dificultando el desarrollo de una economía formal sólida.

 

El turismo sigue sin recuperarse: Ceuta recibió solo 62.000 visitantes en 2024, aún lejos de los niveles pre-pandemia, mientras otros destinos españoles batían récords.

 

La emigración de jóvenes cualificados en busca de oportunidades, un dato que ninguna estadística oficial recoge pero que cualquier ceutí conoce, es el indicador más elocuente del fracaso del modelo actual.

 

Lo que realmente necesita Ceuta: de los datos a las soluciones

 

Los propios estudios independientes, como el del Observatorio de Ceuta y Melilla, señalan que la ciudad podría crear más empleo y crecer un 3,7% si activara todo su potencial fiscal y digital. Sin embargo, más que palabras altisonantes, Ceuta requiere:

 

Diversificación económica real: Reducir la dependencia del 44,3% del PIB que proviene del sector público hacia sectores productivos como la industria (actualmente 1,5%) y tecnología (1%).

 

Creación de una Zona Económica Especial (ZEE): Como proponen los expertos, podría aumentar el empleo hasta un 1,5% y la producción económica en un 3,7%, siguiendo el modelo canario.

 

Políticas efectivas contra el desempleo: Con una tasa del 25,47% frente al 10,45% nacional, se necesitan medidas extraordinarias, no más promesas.

 

Atracción de inversión privada: Los 14 empresas menos en el primer trimestre de 2024 demuestran que el tejido empresarial se está desmantelando.

 

Mejora de la conectividad: Los costes de transporte siguen siendo una barrera real para personas y empresas.

 

Transparencia y rendición de cuentas: ¿Qué pasó con las promesas de años anteriores? ¿Por qué Ceuta lleva una década con el menor crecimiento del PIB de España?

 

Un modelo turístico viable: Con solo 62.000 visitantes en 2024, el turismo no puede seguir siendo una promesa incumplida.

 

Conclusión: cuando los números desmienten las palabras

 

El problema no es que un político sea optimista sobre el futuro de su territorio, eso es incluso deseable. El problema surge cuando ese optimismo choca frontalmente con la realidad estadística, cuando se convierte en un sustituto de la acción política efectiva.

 

Las cifras son demoledoras: 29,55% de paro (el más alto de España), PIB per cápita un 28,8% inferior a la media nacional, solo un 1% de crecimiento cuando el país crece al 3,5%, 44,3% del PIB dependiente del sector público, 34,6% de la población en riesgo de pobreza. Estos no son datos subjetivos ni opiniones políticas: son estadísticas oficiales del INE, Eurostat y la CECE.

 

Los ceutíes han escuchado demasiadas veces sobre años "determinantes" y futuros "prometedores" mientras ven cómo su ciudad registra sistemáticamente los peores indicadores económicos de España desde hace una década. Ha llegado el momento de exigir menos adjetivos y más resultados, menos promesas y más compromisos verificables con plazos y presupuestos concretos.

 

Ceuta no necesita otro eslogan publicitario renovado cada año. Necesita un proyecto de futuro serio que explique cómo se va a pasar del 29,55% de paro a niveles cercanos a la media nacional, cómo se van a atraer inversiones cuando cada trimestre se pierden empresas y autónomos, y cómo se va a diversificar una economía que depende casi a la mitad del sector público.

 

Hasta que las palabras de Vivas se traduzcan en cambios reales en estos indicadores económicos, hasta que Ceuta deje de ser la última en crecimiento y la primera en desempleo, estas declaraciones seguirán siendo exactamente lo que los datos demuestran que son: retórica política completamente desconectada de la dura realidad que viven miles de personas en la ciudad autónoma.

 

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