El Pueblo de Ceuta publica una pseudoentrevista con el presidente Adlbi. 

Si de buena crianza es enseñar a los pequeños a no mentir, igual debería hacerse con  aquellos mayores olvidadizos para que recuerden tan magnífica enseñanza.

El presidente Adlbi no da opción al periodista y responde únicamente a lo que a él y a sus bandoleros interesa. Una entrevista es otra cosa, no eso. Eso es un insulto a la razón.

Al presidente de la Comisión que se dice Islámica habría que recordarle que la sentencia no absuelve; antes bien, lo que dice es que no existen pruebas suficientes, de momento. Además, independientemente de si hubo o no delito según el ordenamiento vigente, ya por el hecho de haber estado incurso es reo, tanto él como sus compinches, de haber hecho flaco favor a los más elementales fundamentos de la ética, principios y valores que rigen la vida entre seres humanos.

Su alarde de satisfacción con la justicia española no borran las notas de prensa que firmó y publicó en las que menospreciaba la actuación policial calificándola de “error fatal” y poco servicial -pues consideraba que debieran haberle concertado entrevista en lugar de detenerle, como si a los reos se les pidiera permiso-, y sembrar dudas hacia las instituciones españolas: “Creemos que esta actuación policial y judicial es altamente errónea y extremadamente alejada de la justicia.”

El presidente Adlbi miente y miente como ha hecho siempre. Debería quitarse la escafandra: la transparencia no mata, contribuye a un mayor grado de dignidad. Pero pedir dignidad en una organización deforme como la que él dirige, o piensa que dirige,  es como decir que el sol no existe. Habla de sacrificio como si tal cosa fuera verdad. ¿Cuál?

Usted, presidente, está obligado a decir qué ha hecho con el dinero que le han dado los ceutíes desde 2018, y que la Ciudad, obnubilada por sus encantos, le viene regalando sin contraprestación. Pero no le quepa duda de que se hará  todo lo que se pueda para que la justicia les alcance y  para que todo ese despilfarro acabe y todos ustedes se vayan con sus cuentos a otra parte. Usted, presidente, mantiene una troupe de vividores que no han dado un golpe en su vida, gente que no sabe lo que es la cultura del esfuerzo, ese con el que los ciudadanos pagan sus impuestos para que luego personas como ustedes se los lleven sin rendir cuentas sobre qué hicieron con ello. ¿Quién va a dar un paso en esa mascarada de organización si la misma es para decenas de cargos una magnífica fuente de vida?  Mejor  no hable de esfuerzo, le queda grande.

Los musulmanes de España están peor que nunca. Ustedes se han desentendido de todo. La cuestión de los cementerios es algo tan necesaria que forma parte de la propia vida. Ustedes no han hecho nada en 33 años: un fiasco mayúsculo. El asunto ha tenido que ser asumido por la Asociación de Consumidores Halal, Acoha. En el último mes se han presentado tres demandas judiciales. Una gestión que les corresponde, pero de la que ustedes se han  desmarcado cobardemente.

Otro tanto han hecho con las clases de religión islámica. Han apoderado a personas conforme a procedimientos caciquiles, importándoles nada el interés de los menores, y donde cualquier avance debe obtenerse vía judicial. Las familias que así lo han hecho presentan más coraje y humildad que cualquiera de ustedes.

La asistencia religiosa en centros hospitalarios, prisiones, centros de acogida, tutela y protección, etc. es prácticamente nula e inexistente, y la poca que existe, está en manos de sombrías figuras asignadas bajo el mayor de los silencios y opacidad. Todo en ustedes es turbio. La ley de transparencia, información pública y buen gobierno es una errata para ustedes, como una pesadilla las críticas de las federaciones y comunidades islámicas que ya no les tragan.

Han dejado el “halal” a merced de certificadoras mercantiles sin escrúpulos cuyo único interés es lucrarse a costa de la buena fe de los musulmanes, sin contar, 33 años después, con un control ético y unos estándares mínimos que garanticen fidedignamente ser halal lo que dice ser. Mientras, en España los consumidores musulmanes comen como halal aquello que no lo es, y ustedes callan. ¿Para qué están?

Ninguno, absolutamente ninguno de los derechos del Acuerdo del 92 se desarrolla con normalidad. De esto es de lo único de lo que pueden congratularse; ser el mayor obstáculo para el avance de los musulmanes en este país. 

Adlbi carece de legitimidad cuando habla de campañas de antimusulmanes. Los peores enemigos de los ciudadanos musulmanes de este país es su cuasi organización, que vela más por los intereses de sus cúpula que por los de los ciudadanos de a pie. 33 años desde el Acuerdo del 92y  la única herencia es opacidad y desolación.

¿Qué respaldo tienen ustedes? Puedo asegurarle que ninguno. Su posición se debe a un sistema enfermo y caduco que suma número de asociaciones, muchas de ellas inexistentes. Si se preguntara a la mayoría de los ciudadanos musulmanes de este país nadie daría por ustedes ni un gramo de confianza. Además, eso de que vivió en Ceuta  debería mostrarlo públicamente. Ni él se lo cree.

Publique el destino del dinero que recibe. El millón seiscientos mil euros regalados por la Ciudad, los millones que le da el Estado, los beneficios económicos y fiscales que les revierten las propiedades de la CnI/Ucide, las donaciones privadas nacionales y extranjeras que tienen su puerta abierta...empiece por ahí, Sr. Adlbi. Tal vez eso le devuelva algo de dignidad., tal vez.