Un pasito p’alante, María
Con los votos recontados aún sobre las mesas, le toca a María, la presidenta que con tantas ganas adelantó elecciones, decidir qué hacer el respecto de los resultados obtenidos.
Quizá una primera cuestión sería si valorará la repetición electoral que anunció si Extremadura no le daba una mayoría absoluta.
Ya puesta a valorar, Guardiola debería mirar que, junto al PSOE, ha sido el único partido en perder votantes a pesar de la subida de un sólo escaño más, frente a las aspiraciones que inspiraban a los populares toda la demoscopia, fracasada una vez más en la fila del excel que recoge los datos de VOX.
Más de 10.000 votos ha perdido el PP, frente a los más de 40.000 votos más respecto a 2023 que ha conseguido VOX.
El mensaje parece claro, a menos que se quiera provocar de nuevo al electorado: Extremadura quiere acuerdo PP-VOX, y que los de Oscar Fernández ocupen en esta ocasión asientos de primera fila para el viaje de 4 años, esperemos, que ahora comienza.
Porque el PP, a pesar de ganar (por mor de la Ley D’hont), pierde en votos reales. VOX, en cualquier caso, gana y gana mucho.
Si el PSOE, se supone, habrá tomado nota para no seguir tomando por tonta a la población, machacando las principales entradas de riqueza extremeña, la Sra. Guardiola entiendo que considerará la idea de gobernar con quienes se presentaron para defender a su tierra y no para seguir permitiendo su expolio o, al menos, asumirá el cambio de rumbo y sentido en las políticas que los de Abascal le propongan. En todo caso, allá ella.
Lo de VOX ha adquirido el tinte que se suponía. Por más campañas antiVox promovidas para parar la evidente subida de los de la calle Bambú, todas dirigidas a evitar que no se pasara de los 7-9 escaños (asumiendo con ello la recuperación real del tercer partido español), la realidad superó cualquier ensoñación de sus contrarios. 11 escaños dejan claro que a Extremadura no le pudo el miedo que le pretendían inocular porque allí, como en cualquier parte de España, a los extremeños ya no se les engaña ni se les amedrenta con fantasmas que ni existen ni nadie pretende representar.
Toca, pues, que alguien anime a María, aunque sea a base de Ricky Martin, para que dé un pasito p’alante que ponga a Extremadura a la velocidad de crucero que parece empeñada en negarle.
Queda mencionar a PSOE y al podemismo extremeño. Los de Gallardo, el imputado, pierden casi 110.000 votos (se dice pronto), de los que prestan a las cestas de la ultraizquierda los 18.000 votos más que en 2023. Con esto queda claro: la izquierda tiene un problema de partido y de liderazgo, a nivel extremeño y, muy pronto en sus pantallas, a nivel nacional, territorio a territorio. Próxima parada, Aragón, donde no parece que sea la Alegría lo que les acompañe. Se avecina un 2026 trágico para el socialismo y, si Sánchez se empeña, alargará su suplicio hasta 2027. Por mi encantado, seguro que Juanma Moreno sí está preocupado. Igual prefiere un pacto PP-PSOE, o PP-UP por ver cómo le podría ir a él en Andalucía, donde en breve deberá convocar.
Enhorabuena a Extremadura y a nuestra democracia y, especialmente, al que más ganó de todos en la noche del 21D, mi compañero Oscar Fernández.
Con los votos recontados aún sobre las mesas, le toca a María, la presidenta que con tantas ganas adelantó elecciones, decidir qué hacer el respecto de los resultados obtenidos.
Quizá una primera cuestión sería si valorará la repetición electoral que anunció si Extremadura no le daba una mayoría absoluta.
Ya puesta a valorar, Guardiola debería mirar que, junto al PSOE, ha sido el único partido en perder votantes a pesar de la subida de un sólo escaño más, frente a las aspiraciones que inspiraban a los populares toda la demoscopia, fracasada una vez más en la fila del excel que recoge los datos de VOX.
Más de 10.000 votos ha perdido el PP, frente a los más de 40.000 votos más respecto a 2023 que ha conseguido VOX.
El mensaje parece claro, a menos que se quiera provocar de nuevo al electorado: Extremadura quiere acuerdo PP-VOX, y que los de Oscar Fernández ocupen en esta ocasión asientos de primera fila para el viaje de 4 años, esperemos, que ahora comienza.
Porque el PP, a pesar de ganar (por mor de la Ley D’hont), pierde en votos reales. VOX, en cualquier caso, gana y gana mucho.
Si el PSOE, se supone, habrá tomado nota para no seguir tomando por tonta a la población, machacando las principales entradas de riqueza extremeña, la Sra. Guardiola entiendo que considerará la idea de gobernar con quienes se presentaron para defender a su tierra y no para seguir permitiendo su expolio o, al menos, asumirá el cambio de rumbo y sentido en las políticas que los de Abascal le propongan. En todo caso, allá ella.
Lo de VOX ha adquirido el tinte que se suponía. Por más campañas antiVox promovidas para parar la evidente subida de los de la calle Bambú, todas dirigidas a evitar que no se pasara de los 7-9 escaños (asumiendo con ello la recuperación real del tercer partido español), la realidad superó cualquier ensoñación de sus contrarios. 11 escaños dejan claro que a Extremadura no le pudo el miedo que le pretendían inocular porque allí, como en cualquier parte de España, a los extremeños ya no se les engaña ni se les amedrenta con fantasmas que ni existen ni nadie pretende representar.
Toca, pues, que alguien anime a María, aunque sea a base de Ricky Martin, para que dé un pasito p’alante que ponga a Extremadura a la velocidad de crucero que parece empeñada en negarle.
Queda mencionar a PSOE y al podemismo extremeño. Los de Gallardo, el imputado, pierden casi 110.000 votos (se dice pronto), de los que prestan a las cestas de la ultraizquierda los 18.000 votos más que en 2023. Con esto queda claro: la izquierda tiene un problema de partido y de liderazgo, a nivel extremeño y, muy pronto en sus pantallas, a nivel nacional, territorio a territorio. Próxima parada, Aragón, donde no parece que sea la Alegría lo que les acompañe. Se avecina un 2026 trágico para el socialismo y, si Sánchez se empeña, alargará su suplicio hasta 2027. Por mi encantado, seguro que Juanma Moreno sí está preocupado. Igual prefiere un pacto PP-PSOE, o PP-UP por ver cómo le podría ir a él en Andalucía, donde en breve deberá convocar.
Enhorabuena a Extremadura y a nuestra democracia y, especialmente, al que más ganó de todos en la noche del 21D, mi compañero Oscar Fernández.
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