José Ignacio Landaluce, alcalde de Algeciras desde 2011, continúa en el cargo a fecha de hoy 19 de diciembre de 2025, pese a la grave crisis política y judicial desatada por una denuncia del PSOE ante la Fiscalía del Tribunal Supremo por presuntos delitos de acoso y/o abuso sexual, malversación de caudales públicos y tráfico de influencias.

Landaluce, que suspendió temporalmente su militancia en el PP y pasó al Grupo Mixto en el Senado, rechaza dimitir, alegando inocencia absoluta, ausencia de denuncias directas de las afectadas y una "campaña de acoso" orquestada por los socialistas para encubrir sus propios escándalos. En entrevistas recientes, ha insistido en que cuenta con el "apoyo de mi pueblo" y de su equipo municipal, donde el PP mantiene mayoría absoluta.

La denuncia, formalizada el 9 de diciembre, se basa en testimonios y capturas de conversaciones de exconcejalas populares que relatan episodios de tocamientos no consentidos y presiones. Audios revelados esta semana muestran intentos de su entorno por desacreditar a una exedil, sugiriendo que admitiera un trastorno mental para justificar sus acusaciones iniciales. El PP andaluz, con Juanma Moreno al frente, ha marcado distancias, admitiendo no poder "presionarle" al no ser ya militante, aunque fuentes internas ven su permanencia como un creciente desgaste electoral. Rumores apuntan a una dimisión inminente, con Jacinto Muñoz como posible sucesor, pero Landaluce se enroca: "Dimitir sería dar la razón a los que mienten".

La oposición socialista exige una moción de censura para "desalojarlo". Landaluce gobierna ahora como independiente, lo que complica la estrategia del PP andaluz, liderado por Juanma Moreno Bonilla, quien ha admitido públicamente que el partido no puede "presionarle" para que dimita, ya que ya no es militante. El PP provincial de Cádiz ha marcado distancias, forzando su salida del grupo popular en el Senado –donde ahora actúa como no adscrito–, pero confía en que eventualmente renuncie también a la Alcaldía para evitar mayor desgaste electoral. Fuentes del partido lo ven como un "bastión electoral" convertido en "foco de desgaste", especialmente en una ciudad con problemas crónicos como la ruina económica del Ayuntamiento, la falta de limpieza y la dependencia de fondos externos para obras.