La Biblioteca Pública Adolfo Suárez fue el escenario de un debate crucial sobre el futuro de Ceuta, donde la directora gerente de la Fundación CIEDES, María del Carmen Peña García, invitó a los principales actores de la sociedad civil a reflexionar sobre el papel de la planificación estratégica en la transformación urbana. 

Más allá de la exposición tradicional, la jornada se convirtió en un laboratorio de ideas: ¿cómo puede Ceuta reinventarse tomando como referencia el éxito de ciudades como Málaga, Barcelona o Bilbao? Peña propuso una visión participativa, donde la ciudadanía y las instituciones dialogan para definir juntos el rumbo de la ciudad. “Crear un consejo de participación es tan importante como construir un puerto”, afirmó, subrayando la relevancia de los intangibles y la inteligencia colectiva en el desarrollo urbano. 

El encuentro, organizado por la Confederación de Empresarios de Ceuta, reunió a representantes políticos, empresariales y educativos, todos conscientes de que el futuro de la ciudad depende de una estrategia compartida y flexible, capaz de adaptarse a retos y amenazas, pero también de aprovechar ventajas y oportunidades. 

Peña recordó que el ciclo estratégico no termina nunca: analizar, planificar, actuar y evaluar son fases que se retroalimentan, permitiendo corregir el rumbo ante resultados inesperados. “Formar parte de un proyecto de planificación estratégica es formar un lobby”, explicó, en referencia a la necesidad de crear grupos de seguimiento continuo. 

El caso de Málaga, que supo reinventarse tras la independencia de Torremolinos y la pérdida de su oferta turística, sirve de inspiración para Ceuta. La experiencia malagueña demuestra que los objetivos deben ser realistas y escalables, y que la cooperación y las alianzas son claves para superar crisis y aprovechar oportunidades como las corrientes de financiación europeas.

Ceuta se enfrenta al reto de definir qué quiere ser de mayor. La planificación estratégica, lejos de ser un ejercicio burocrático, se revela como una herramienta viva para construir una ciudad más resiliente, inclusiva y competitiva. El debate está abierto, y la sociedad caballa tiene la oportunidad de liderar su propio proceso de transformación.