El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recibido hoy a su homólogo marroquí, Aziz Akhannouch, para presidir la XIII Reunión de Alto Nivel (RAN) entre ambos países. El encuentro, anunciado con una escueta nota oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de apenas cuatro líneas, ha culminado con la firma de catorce acuerdos de cooperación que, según la Declaración Conjunta, buscan "construir una relación más moderna, global y transversal".

Sin embargo, en la RAN habrían oficialmente dejado de lado (ni se ha dicho nada desde Moncloa, ni se ha comparecido ante los medios) temas candentes como la seguridad fronteriza, la inmigración irregular y el estancamiento de las aduanas comerciales en Ceuta y Melilla, ausencias que han provocado críticas.

La cumbre, la primera en Madrid desde 2015 y tres años después de la anterior en Rabat, se ha enmarcado en un "excelente momento" de las relaciones bilaterales, según el Gobierno español. La nota oficial desde Moncloa, distribuida al término de la reunión, resalta el "foco en la ciudadanía" y una "visión compartida de retos actuales" como la inteligencia artificial, la ciberseguridad, el cambio climático y la transición energética sostenible.

Entre los acuerdos firmados destacan once Memorandos de Entendimiento (MoUs), un acuerdo administrativo internacional y dos declaraciones de intenciones, que abarcan desde la digitalización de las administraciones públicas hasta la cooperación en educación, igualdad de género y prevención de desastres naturales. Un énfasis particular se ha puesto en la lucha contra los discursos de odio en redes sociales, con una alianza para actuar sobre contenidos racistas y xenófobos, y en la monitorización sísmica del Estrecho de Gibraltar para anticipar tsunamis. Además, se ha ampliado la colaboración en agricultura y pesca, con énfasis en la innovación hídrica y la lucha contra la pesca ilegal.

En el plano económico, la Declaración Conjunta celebra el récord histórico de intercambios comerciales de 22.600 millones de euros en 2024, con España como primer socio de Marruecos desde 2012. Un foro empresarial previo, organizado por la CEOE y la Confederación General Empresarial de Marruecos (CGEM), ha servido de antesala para fortalecer lazos en infraestructuras y movilidad sostenible, con vistas al Mundial de Fútbol 2030 que ambos países coorganizarán junto a Portugal.

Pedro Sánchez ha subrayado los "fuertes vínculos humanos" que unen a las naciones, recordando que la comunidad marroquí es la más numerosa en España y la primera en cotizaciones a la Seguridad Social, con más de 335.000 afiliados.

No obstante, esta narrativa oficial deja de lado lo que muchos observadores consideran los "verdaderos intereses de España": la consolidación de una agenda que, en última instancia, parece priorizar el respaldo geopolítico a las pretensiones marroquíes sobre el Sáhara Occidental por encima de preocupaciones inmediatas de seguridad y economía.

La Declaración Conjunta "acoge con satisfacción" la resolución 2797 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada el 31 de octubre de 2025, que avala la propuesta de autonomía marroquí como base para resolver el conflicto saharaui. Este guiño diplomático, que España ya asumió en 2022 a cambio de compromisos migratorios y aduaneros, se presenta como un avance en la Hoja de Ruta bilateral de abril de ese año, pero sin menciones concretas a avances operativos. Fuentes diplomáticas consultadas advierten de que Marruecos llega a la mesa "más fuerte" tras el aval de la ONU, presionando por el control del espacio aéreo saharaui y derechos pesqueros frente a Canarias, temas sensibles que no han trascendido en la nota oficial.

La ausencia de estos puntos clave está siendo sido el eje de las críticas. Aunque las aduanas en ambas ciudades autónomas se reabrieron formalmente en febrero de 2025 –cumpliendo un compromiso de la Hoja de Ruta a cambio del giro español sobre el Sáhara–, su funcionamiento es "bajo mínimos", según la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE). "Mientras no cambie, no será una aduana funcional", declaró su presidenta, Arantxa Campos, denunciando que el tránsito de mercancías sigue "casi paralizado" por restricciones unilaterales de Rabat, que incluso lo suspendió en verano alegando interferencias con la Operación Paso del Estrecho. En diez meses, Ceuta solo ha registrado poco más de 40 expediciones de importación (738 toneladas) y una sola de exportación (88 kilos), cifras que son irrisorias para una supuesta aduana comercial, que realmente no funciona, ni tan siquiera en el llamado 'régimen de viajeros' dado que Marruecos no permite la entrada a su país de nada que haya sido comprado en Ceuta..

La CEOE, que ha organizado el foro empresarial, ha instado a "reforzar la cooperación aduanera", pero la Declaración Conjunta se limita a "congratularse de la calidad operativa" sin compromisos vinculantes.

En materia de inmigración y seguridad, el panorama es igualmente opaco. A pesar de una caída del 41,5% en llegadas irregulares a España en 2025 (31.742 hasta noviembre), con un 63% menos en Canarias, el compromiso oficial se reduce a "reforzar esfuerzos contra la inmigración irregular, el tráfico de personas y la trata". No se menciona el control de flujos en fronteras terrestres de Ceuta y Melilla, ni la amenaza de "saturación" en las islas, ni si Rabat considera la cumbre "poco productiva", como advierten fuentes próximas a la negociación.

El Frente Polisario, por su parte, ha calificado la RAN de "nuevo capítulo de rendición" española, alertando de que, una vez consolidada la ocupación saharaui, "el siguiente objetivo será Canarias". Vox, por su parte, tacha las aduanas de "fantasma" y la reunión de "asimétrica", con España en "situación de indefensión".

La XIII RAN deja un saldo de catorce firmas que proyectan una imagen de prosperidad compartida, pero el velo oficial sobre seguridad, migración y aduanas revela las fisuras de una relación donde los intereses estratégicos –como el Sáhara– eclipsan las realidades cotidianas. Mientras la CEOE clama por soluciones concretas, el Gobierno español opta por un blindaje informativo que, lejos de disipar dudas, las amplifica. La verdadera hoja de ruta, parece, se negocia en las sombras de Moncloa.